Capítulo 9⏳

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Mientras el de cabellos rubios guardaba un libro en su portafolios, los cuatro jóvenes que se encontraban esperando a que comenzara a hablar ya se estaban impacientando.

—James, habla ya —exigió Matthew, quien ya no pudo soportar más el silencio.

James dejó su portafolio en paz y por fin alzó la mirada para observar a los cuatro chicos, quienes lo miraban expectantes.

—Como ya saben, ver la línea temporal de la reetur me es muy complicado ya que sabe cómo esconderse bien y se mantiene protegida, sin embargo, esta vez lo logré —la seriedad en la voz de James provocó que los cuatro jóvenes se tensaran.

—¿Qué es lo que has visto? —preguntó Iker.

Charlize quiere despertar el poder de las estaciones antes de tiempo, su plan es atacar cuando ellas estén confundidas y sin poder controlar del todo sus poderes —explicó—. No sé si sea capaz de adelantar el despertar, sin embargo, ya estoy tomando medidas preventivas por si acaso, necesito que ustedes cuatro no se alejen de las draers, son la única protección con la que cuentan en este momento, no importa si todavía no se ha llevado a cabo la ceremonia de unión y el juramento, ustedes son los gardyans elegidos que protegerán a cada una, cumplan con su deber —sentenció el de cabellos rubios, mientras los miraba con seriedad.

James sabía que no hacía falta que les pidiera aquello, los cuatro fueron entrenados desde pequeños con el único propósito de entregar sus vidas por el bienestar de aquellas jóvenes que portaban a las estaciones. A los cuatro los conocía desde sus nacimientos, él mismo los había entrenado un cierto tiempo, por supuesto que los conocía bien y estaba seguro de que cumplirían con su deber, sin embargo, no podía evitar estar un poco paranoico.

Era la primera vez en dos siglos y medio en el que nacían portadoras de las estaciones, la reetur seguía viva y planeaba continuar con aquello que no pudo lograr con las anteriores portadoras, por lo que sentía la presión de proteger a esas chicas que resultaban tan valiosas para el bienestar del mundo entero.

No podía darse el lujo de descuidar ni un solo detalle.

—No te preocupes, James, nosotros las protegeremos —aseguró Anthony.

El rubio, al escuchar aquello, solo asintió y dejó que se le escapase un suspiro.

—Supongo que ya saben qué estación porta cada chica, ¿No es así? —procurando mejorar el estado de ánimo, cambió a un tema un poco más alegre.

—Por supuesto, es fácil identificarlas, ya sea por la tonalidad del cabello, el color de sus ojos o sus personalidades —respondió Derek—. Cada una es diferente, pero se complementan perfectamente...

—Según la historia, siempre ha sido así con las mujeres que portan las estaciones, desde que se encuentran por primera vez la relación que tienen es muy buena, como si fuesen familia —explicó—. Debido a que ya saben quién es quién, solo falta hacerles saber a qué draer dedicará su vida cada uno, por lo que se los diré...

—Espera, James —interrumpió Iker—. ¿No la selección se realiza una semana después de que ellas despierten los poderes?

—Normalmente era así, sin embargo, quiero creer que debido al largo tiempo en el que no nacieron portadoras, ahora las cosas cambiaron un poco —dijo el rubio, para después soltar un suspiro de cansancio—. Sinceramente ya no podemos confiar en que las cosas sean iguales a las ocasiones pasadas, de ahora en adelante puede que surjan nuevas situaciones... En fin, una de dichas situaciones es el hecho de que cada draer ya eligió quién será su guardián...

—Eso es interesante —comentó Matthew con una ceja alzada, mostrando su curiosidad.

—Sí es así, no hay duda de que Sam me eligió como su guardián, ya que soy su hermano y soy el único al que conoce bien, ella sabe que siempre la protegeré —afirmó Anthony con orgullo, mostrando una pequeña sonrisa triunfadora en sus labios.

James, al ver una oportunidad de burlarse de su amigo, no lo dudó ni un segundo y decidió romper aquella burbuja de orgullo que el castaño estaba mostrando.

—Lamento decirte, querido amigo, que tu pequeña hermana no te ha elegido como su guardián —comentó el de mirada aceitunada, con cierto tono de diversión en su voz y antes de que el castaño objetara algo, decidió seguir hablando—; Samantha Brown, portadora del otoño, ha elegido como su guardián a Derek Sullyvan —anunció el rubio con una tenue sonrisa en sus labios, provocando que Anthony frunciera el ceño y Derek abriera los ojos con sorpresa.

—Eso no es posible, debe de haber un error —aseguró el castaño.

—Te aseguro que no lo hay —refutó James—. Así que, Derek, Sam es de carácter fuerte y tiene un hermano muy sobreprotector, por lo que te deseo mucha suerte, amigo mío —bromeó el mayor, mientras que el pelinegro solo analizaba la reciente noticia, para después sonreír de medio lado.

—Descuida, James, sabré arreglármelas —le aseguró el guardián del otoño.

—Sí, sí, apresúrate a dar la noticia completa, James —exigió Matthew un tanto inquieto.

—Bien —concedió el mayor—. Amy Rivers, portadora del invierno, ha elegido como su guardián a Matthew Borne; Kristen Rivers, portadora de la primavera, ha elegido como su guardián a Anthony Brown; y Elizabeth Clark, portadora del verano, ha elegido como su guardián a Iker Moore —cuando James terminó de revelar aquello, los cuatro chicos se sumergieron en un pequeño silencio, cada uno pensando en la mujer a la que a partir de ahora le dedicarían su vida entera—. Tengo confianza en ustedes, pero aun así les pediré encarecidamente que cuiden bien de las chicas, saben lo importantes que son para todas las especies y para mantener el balance normal de la vida en sí...

—James, nuestras vidas les pertenecen a ellas, no te preocupes, no dejaremos que nada ni nadie las dañe —le aseguró Matthew con seriedad, sabiendo de la profunda inquietud que le causaba al rubio la situación actual.

James asintió, procurando olvidar su ansiedad y mostrándose más seguro decidió bromear un poco con sus amigos.

—Les deseo la mejor de las suertes cuidando de ellas, ya que, pese a que demuestran ser un poco maduras por la influencia de las estaciones, siguen siendo adolescentes —dijo con una pequeña sonrisa burlona—. No dudo de que en algún momento lograrán irritarlos —siguió hablando, mientras se daba la vuelta para tomar su portafolios—; pero confío en ustedes, no pierdan la paciencia, nos vemos en la próxima clase, amigos míos y no olviden prepararse para el debate —bromeó por última vez, para después salir del salón.

—Nos vemos luego, Pater Tempus —logró escuchar la despedida de los chicos y con una pequeña sonrisa continuó su camino.

Tenía mucho que pensar, por ejemplo; ¿Cómo demonios les explicaría a aquellas chicas lo que eran y a lo que estaban destinadas, sin que lo tomaran por loco o decidieran salir huyendo?

Todavía ni siquiera pasaba, pero ya sentía cómo su cabeza dolía.



Las cuatro estaciones: La leyenda (Bilogía #CuatroEstaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora