Emily fue despertando de a poco. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero seguía siendo de noche. Observó dudosa por todos lados y se encontró completamente sola, Ella no estaba. Se sentó algo mareada y se sobó el rostro para quitarse el sueño. Escuchó que alguien subía y pensó que era la castaña, pero no, su molestia volvió cuando Min se apareció en la casita del árbol.

_Hey - el pelinegro subía - estás despierta, mejor aún.

_¿Tú qué haces aquí? - miró hacia otro lado, como le molestaba la presencia de ese idiota.

_Ella me pidió que viniera. Quería que te llevara a tu casa - se sentó frente a ella.

_Tengo una bicicleta, pedo irme sola.

_Pero yo tengo un auto, sería más conveniente que yo te lleve después de que hayas bebido.

_No estoy ebria - reprochó.

_Eso veo, pero de todos modos, Ella me lo pidió y creo que sería lo mejor.

No hubo respuesta. El lugar se convirtió en un completo silencio, uno muy incómodo para ambos muchachos. Emily giró a verlo y este miraba a través de la pequeña ventana de la casita, podía ver fácilmente que miraba a Ella quien esperaba en el auto. Eso la incomodó aún más y desvío su mirada.

_Tambien te gusta, ¿cierto? - fue Min quien rompió el silencio.

Emily se mantuvo callada. Fue una pregunta sorpresiva para ella. Su rostro se relajó y sólo bajó la mirada, no tenía porqué ocultarlo, era la verdad.

_Desde hace mucho - respondió.

Min sonrió ante su respuesta.

_Era de esperarse - también bajó la mirada - ella es alguien muy especial. Es fácil de querer y de amar - Emily sólo asintió estando de acuerdo - tengo planeado confesarme está noche - consiguió la mirada de la pelinegra - voy a llevarla al muelle, conversaremos, y cuando crea que sea el momento, le diré que la amo - giró a verla. Mostrando decisión en su mirada - y te pido, que por favor, no intervengas.

_No puedes impedir que lo haga - la conversación de ambos era seria, firme, pero con respeto. Eran buenos chicos, pero su rivalidad estaba en que amaban a la misma mujer.

_Ayer, en la fiesta de cumpleaños de Ella, llegué a cocina para pedirle a la señora Manoban un par de refrescos - comenzaba a contar - sé que no era correcto escuchar conversaciones privadas, pero no pude evitarlo, había escuchado mi nombre. La señora Manoban y su esposa estaban conversando sobre Ella y tuve la curiosidad de saber porqué me nombraron. Ellas aseguraban que a su hija le gustaba alguien por la actitud que estaba teniendo esos días. La señora Lisa me nombró, diciendo que nosotros paramos la mayor parte del tiempo juntos, y parece que a la señora Jennie no le agradó la idea, porque de inmediato se negó a que quizás nosotros podríamos tener una relación.

Emily sentía una opresión en su pecho al escuchar aquello, no quería que fuese verdad, no podría simplemente verlos juntos todos los días.

_¿Por qué me cuentas esto?

_Porque...- Min sonrió con tristeza - aunque me gustaría que así fuera...Yo no he visto ninguna señal de que le guste. Sólo me trata como a un mejor amigo. Y si no soy yo...- giró a verla - de quien estaría enamorada, eres tú.

Emily también quedó confundida, ella tampoco habia notado alguna señal por parte de Ella. Pero de todos modos le agradó escuchar eso.

_Entonces...¿por qué vas a confesarte?

_No quiero rendirme sin antes haberlo intentado - sonrió - por eso te pido que no intervengas. Quiero que esperes. Si ella te ama a ti, me rechazará. Pero si me corresponde, lo sabrás en cuanto la regrese a casa.

_No - negó - no pienso arriesgarme a que te acepte.

_¿Entonces te confesarás tú? Porque yo estoy decidido a hacerlo ahora - Emily bajó la mirada, aún no estaba preparada para hablar de sus sentimientos.

Min entendió.

Emily lo vio levantarse y bajar con cuidado. Min se detuvo un momento y fue cuando ambos se miraron por última vez, el chico desapareció de su vista a los pocos segundos.

Emily se dirigió rápidamente para observar por la pequeña ventana y vio a lo lejos como Min subía a su auto y conversaba brevemente con Ella antes de conducir.

La pelinegra sólo le quedó esperar. Esos minutos la iban torturando. Su mente la atacaba con pensamientos de Min y Ella besándose en el auto. Estaba intranquila y ansiosa por la llegada de la castaña. Había pasado exactamente una hora y sin darse cuenta, sus ojos ya estaban cristalinos. Ya daba por hecho que los sentimientos de Min habían sido correspondidos. Y que seguro ahora estaban regresando para darles la noticia.

Escuchó el auto detenerse y no quizo levantarse a verlos. Solo esperó. La castaña aparecía trepando las escaleras y la quedó viendo unos momentos. Sonrió levemente y subió por completo, sentándose a su lado con tranquilidad.

_¿Sabias lo que iba hacer? ¿por eso te quedaste? - preguntó Ella. La mayor asintió - ¿quieres saber que le respondí? - Emily negó - ¿segura?

_No quiero saberlo, puedo notar que estás muy feliz - evitaba mirarla.

_Sí, estoy feliz - sonrió - y todo gracias a Min - Emily entristeció - me dijo algo que no esperaba.

_Me alegro - Ella rió por su respuesta.

_Me confesó sus sentimientos. Me dijo que estaba enamorado de mi desde los quince. Me pidió una respuesta de inmediato.

_Tengo que irme - se levantó - mi madre se va a enojar si no me encuentra al amanecer - estaba a punto de bajar.

_Le dije que estaba enamorada de ti - Emily se detuvo al instante, perpleja - y me confesó que tú sentías lo mismo. Dijo que lo disculparas, pero tenía que decirlo o tú no lo dirías nunca.

La castaña tomó su mano y la giró lentamente. Emily estaba sonrojada. Hizo que siente frente a ella y sonrió cuando la mayor aún no se atrevía a mirarla. Tomó su mentón con cariño y acercó su rostro a ella. Sus miradas se cruzaron.

_Si tú no lo hacías, yo lo hubiera hecho.

Emily jadeo ante el contacto de sus labios. La castaña la besaba lentamente, inexperta, pero aquello era realmente maravilloso para ambas.

Al amanecer, Lisa y Momo discutían sobre el paradero de sus hijas. Dahyun estaba paranoica por no saber dónde estaba su hija, y ni que hablar de Jennie, quien estaba a punto de llamar a la policía.

_Tu hija la llamó, estoy segura - reclamaba Momo - su bicicleta no está y las únicas veces que la usa es para venir hasta aquí, y es para ver a tu hija.

_Ya te dije que no está aquí - alzaba la voz - yo también estoy preocupada por mi hija, Hirai. No eres la única.

_¡Mami! ¡Ya las encontré! - un pequeño venía corriendo - están en la casita del árbol.

Las cuatro mujeres corrieron enseguida. Momo y Lisa subieron a la vez y encontraron a sus dos hijas durmiendo allí, abrazadas. Viraron los ojos por ser tan dramáticas en sus discusiones y sólo sonrieron. Decidieron dejarlas allí unas horas más.

_¿Están bien? - preguntó Jennie.

_Tranquila, amor. Sólo están durmiendo.

Jennie y Dahyun suspiraron aliviadas, fueron abrazadas por sus esposas y regresaron dentro de la casa.

_¡Mina! ¡Jihyo! - llamó Lisa a sus dos gemelas quienes seguían viendo la casita del árbol - ¡vengan a desayunar! ¡su hermana vendrá más tarde! - las pequeñas de cinco años obedecieron.

_¡Tú también, Bobby! - llamó Momo a su hijo de ocho años, quien había venido con ellas en busca de su hermana Emily - ¡Desayunaremos aquí!

_¡Hey! - se quejó Lisa.

_No te quejes que ustedes comen gratis en mi restaurante - todas se rieron.



Ahora sí :D historia completa ❤       

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