—Lo dicho, iremos al club pero si queréis subir a cualquiera de las secciones ya es cosa vuestra —habló él, mirando a cada una de las chicas.

—Yo tal vez quiera —susurró Zaida en el oído de Alan de forma seductora.

—Entonces me encargaré de llevarte personalmente.—Le guiñó un ojo.

No se habló más del tema ni de nada relacionado con ello durante el resto de la tarde. Por su parte, Cyara no dejó de pensar en ello. Únicamente creía que era una fantasía que usaban los escritores para sorprender a los lectores, que esas cosas en la vida real no existían. Ansiaba que llegara la noche para poder ir al club, no es como si quisiera ser una sumisa, ¡por supuesto que no! De solo pensarlo su cuerpo se llenaba de escalofríos.

Era una feminista empedernida y por lo que había leído en varias historias, alejadas de las cincuenta sombras, todo involucraba sexo sucio, malas palabras, golpes y dolor. Quizá quienes escribían sobre estes temas no estaban lo suficientemente informados y daban una visión errónea a su público. No iba a dejar ella que un hombre la usara para sus fetiches, y mucho menos cuando estos implicaban todo eso. Tenía unos valores como mujer y como persona.

—¡Chicas!— exclamó Leyre—. Deberíamos de ir a prepararnos, ya es súper tarde...

La rubia la miró, poniendo toda su atención en lo que estaba diciendo.

¿En qué momento el tiempo pasó tan rápido?

¿En qué momento Alan se había ido?

—¿Y Alan? —preguntó Cyara al no verlo por ningún lado.

—Ya se fue como hace media hora, tenía que ponerse guapo —comentó de forma divertida—.Pasará a buscarnos en una hora.

Sin más que decir todas corrieron a vestirse y a maquillarse. Se decidieron por usar el mismo vestido las tres, cada una con color diferente. Cyara en rojo, Leyre en negro y Zaida en azul.

—¿Confirmamos que estamos buenísimas?—Zaida cuestionó en cuanto salieron de casa.

—¡Confirmamos!—respondieron Cyara y Leyre a un mismo tiempo.

El coche de Alan está aparcado frente a ellas, él es rápido en salir y abrir las puertas. Vestía demasiado formal para ir a un club pero eso no le quita el que se veía demasiado guapo.

El trayecto se pasó bastante divertido, Zaida y Alan no paraban de hablar y hacer reír a Leyre y a Cyara. Esta última se concentró en mirar por la ventanilla cuando el coche tomó un pequeño camino hacia un lugar cerrado e iluminado. Tenía un cartel en los portones cerrados que ponía "Moleko" con una delicada caligrafía dorada. Se veía demasiado lujoso, las personas vestían muy elegantes allí.

—Antes de entrar quiero que me escuchéis—dijo Alan cuando ya tenía el coche estacionado—. Ingresaremos a la zona principal, es un pub, también hay casino y algún show. No ingresaremos a la zona de adiestramiento, ahí solo pueden estar los que aprenden para ser amos o sumisos.

—¿Sumisos? —cuestionó Leyre confusa—. No quiero sonar machista pero pensé que únicamente había sumisas.

—Te sorprenderías todo lo que puedes encontrarte ahí dentro —respondió con seriedad. Salieron del coche y caminaron hacia los portones de la entrada—.Vienen conmigo, soy Alan, estamos aquí porque uno de los maestros me invitó personalmente.

—Espero que se diviertan esta noche.—Sonrió la chica que se encargaba de recibir a los invitados mientras les dejaba ingresar.

Aparentemente parecía una discoteca normal, era mucho más grande que una, por supuesto. Las luces iluminaban el lugar y la música alta llegaba a los oídos de cualquiera. Todas las personas allí presentes se encontraban bebiendo. En los extremos había sofás de cuero y varias mesas.

Oscura tentación Where stories live. Discover now