Capitulo 16

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Sofía estaba complacida con la información que le dieron los seres de Ostrovy, pero también le atormentaba las nuevas preguntas que nacían, por momentos deseaba tener la prioridad de buscar a Mirt, pero sentía una gran responsabilidad de regresar sus amigos, le preocupaba sus miedos, necesitaba a Aurora para dividir ese peso, "pinche vieja espero que sigas viva" pensó en el instante que se aventó a la cama refunfuñando por todo, hasta quedarse profundamente dormida.

...


El cabello chino le ayudaba a cubrir su rostro, así lograba esconderse en un pequeño armario de la habitación blanca, no solo quería que no la descubrieran, si no que el disfrutara verla derrotada, tenía miedo y no por las bestias que despedazaban el cuarto, sus minutos eran eternos, pero un suspiro de cansancio fue el error que cometió.

El pequeño armario quedo en añicos dejando a la vista la pequeña human de piel morena, por suerte Aurora solo tuvo algunos rasguños, no tan profundos, la creatura cubierta de lo que parecía de pegamento intentando estar unido a su cuerpo, sonreía pedazos de carnes al verla - ¿puedo comérmela? – respirar la fragancia de una humana lo desesperaba, estaba soportando no comerse una gran delicia.

-Te estas tardando – se levantó la china un poco a dolorida por los rasguños, pero suplicaba que esta creatura la matara de una sola mordida - ¿temes? – le mostro una sonrisa.

- y... ¿tu Aurora? – una voz masculina aterro a la joven que se encontraba detrás de ella, su cuerpo se congelo al reconocer el dueño de esa pregunta – no entiendo, porque ahora no peleas para salvar tu vida – este tomo un trozo del cabello desmarañado de la joven.

Aurora estaba entre correr o quedarse inmóvil, "tal vez se aburrirá" pensó.

-Y... ¿si yo fuera quien te mate? – en la mano del ser apareció un espada de cristal deslizándola en la cadera de la joven hasta estar frente a ella, Aurora tembló al afirmar quien era ese ser, ese de cabello largo y lacio de un color muy blanco a un tono casi brillar y de piel del casi del mismo tono, solo este era un poco más opaco, sus ojos de color zafiro, su rostro frio y fino no le ayudaba a tranquilizar a la humana, solo odiaba el hecho de que el fuera demasiado alto, eso la obligaba a levantar la cabeza, pero le incomodaba ese traje oscuro que llevaba puesto.

-Has lo que quieras – la joven de cabello chino aferro su estómago a la punta de la espada, preparada para que este la atravesara.

El ser blanco sonrió maliciosamente - ¿valiente? – deslizo el arma a la profundidad del estómago de la pequeña humana.

Aurora no logro controlar su grito de dolor, sabía que era satisfacción para él, lentamente deslizo el arma así fuera del cuerpo de la chica, ella callo al instante pues era el arma que la mantenía de pie.

La china suspiro profundamente, luego arrugo el rostro del dolor para luego volver a ponerse de pie, una línea de sangre salió de los pequeños labios sonrientes – prosigue Alaric... - tapó sus dos manos la herida, sentía que todos sus órganos estaban por salir, ella quería darle entender que no temía morir en sus manos, no dejaría que disfrutara de sus agonías.

La espada apunto el centro de los ojos de la joven era claro que el ser blanco terminaría de una vez con ella, pero la pequeña sonrisa de alegría de Aurora lo detuvo – no voy a desperdiciar tantos años, para que al final solo tú disfrutes – enterró la espada al piso.

Los ojos de Aurora se abrieron ante la sorpresa, algo estaba mal en esta situación, Alaric, la tomo del brazo jalándola como muñeca de trapo, la china no logro seguirle el paso y cayó, él no le dio importancia y solo siguió con su camino arrastrándola en el piso. Fueron los más largos segundos de la china, al ser arrastrada de esa forma no solo la hacía sentir derrotada sino también por la herida de su estómago aumentaba el dolor, efecto de que se habría cada vez más, el ser blanco esperaba que ella intentara escapar de su mano pero ningún momento hizo señas de jalonearse, la miraba de reojo el hueco de su abdomen y la sangre que la cubría, se daba cuanta que la humana estaba dejando de lado el miedo a la muerte, ¿significaba que dejaría de ver ese rostro aterrado de la joven morena? negó un poco con la cabeza, luego sonreía pues ahora debía usar otro método para divertirse con su pequeño juguete. La chica se dio cuenta luego de que ya no estaba en la habitación donde la tenían apresada, no era de la manera correcta, pero al menos podía ver pequeñas hojas caer del cielo blanco, "diablos como sigo viva" rechino sus dientes, suspiro al sentir pasar una suave brisa en su rostro, dejo caer su mano que tapaba la herida, planeaba dejar que la herida fuera más grande y así morir lo más pronto posible.

La Traición de un  Nuevo LíderWhere stories live. Discover now