—Baila conmigo— objetó.

¿Alguna vez han deseado saber que piensa una persona en específico? Siempre conocemos a alguien que nos causa intriga, y nos remueve por dentro. Nos preguntamos qué pasará por la cabeza de esa persona. ¿Qué pensará de mí? Qué es exactamente lo que piensa. Desearía leer la mente de Hult justamente ahora.

Lo miré como si estuviésemos hablando otro idioma. Extendía su mano hacia mi esperando que la tomara. Sus gestos eran neutros, totalmente despreocupados, sin embargo, sus ojos parecían querer gritar al ver los míos.

—No sé bailar.

—No hace falta saber bailar, para bailar — se encogió de hombros. No esperó que le diera mi mano cuando en un movimiento la entrelazó con la mía, jalándome hacia él. Mi cuerpo chocó contra el suyo, pasó una mano por debajo de mi espalda hasta mi cintura y con la otra sostenía mi mano. La respiración se me atoró en la garganta, no había estado tan cerca de Hult de esta forma. Se me olvidaba hasta como caminar al estar con él.

—Fal—falta la música— tartamudeé en un intento de parecer menos estúpida.

—Cierto.

Se separó de mí y caminó hacia un equipo de sonido que se encontraba debajo del televisor. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y lo conectó a él. En un segundo una canción clásica resonaba en cada esquina del apartamento. Era muy delicada. Hult arrastró el bolso de mi espalda lanzándolo en el mueble. Volvió a mí posicionándome otra vez entre él. Mis manos sudaban y no quería que notara eso. Debía calmar mis nervios, inhalé y exhalé un par de veces. Comenzó a movernos al par de la melodía. Un paso atrás, uno a la izquierda y otro a la derecha haciendo el mismo procedimiento una y otra vez. Sus pasos eran suaves, pero de igual forma terminaba pisándole. Me concentraba en cada movimiento que dábamos.

—No le prestes atención a como nos movemos —espetó. Levanté la mirada y la conecté con la suya.

Ladee una mueca apenada—Es que lo hago mal —él sonrió y negó.

—Lo estás haciendo bien, sólo relájate — murmuró. Traté de hacer lo que me dijo, dejando que me guiara por completo.

—¿Cómo se llama esa canción?

—Unchained Melody— respondió —¿Te gusta?

—Es hermosa.

El chico se distanció un poco para hacerme dar una vuelta, regresando a mi otra vez, me impresionó como pude desenvolver mis pies fácilmente sin enredarme y caer— "I've hungered for your touch, a long lonely time. And time goes by so slowly. And time can do so much ¿Are you still mine"(He estado deseando tanto tus caricias, durante un largo y solitario tiempo. Y el tiempo pasa tan despacio. Y el tiempo puede hacer tantas cosas ¿Aún eres mía? — comenzó a tararear en tono muy bajo. La cercanía de nuestras caras era lo que me alteraba, su respiración se mezclaba con la mía y era lo que me hacía delirar. Su respiración, su aroma, sus ojos, sus sonrisas me harían enloquecer ahora mismo. Sentí esa paz cuando mis nervios cesaron, la música y los movimientos de Hult eran los que me controlaban.

—Bailas muy bien— halagué. Arqueó una ceja antes de darme otra vuelta.

—Lo sé— alardeó con picardía.

Rodé los ojos y solté una risita—Tu ego te consume —me sentía en un cuento de hadas por muy estúpido que suene. Nunca había bailado con alguien, y menos con una canción así. Cada paso que dábamos era mágico.

—Discúlpame si te he hecho sentir mal— susurró a mi oído. Enseguida mis brazos se erizaron por el roce de su aliento.

—El pasado deja de importar, lo que importa es como trates el futuro —alegué con seguridad. Lo que hizo salir otra risita en Hult.

Ángel 234(I&II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora