₁₀ Cₐᵣₜₐₛ ꜱ ᴀ ʟ ʟ ʏ ꜰ ᴀ ᴄ ᴇ

ᵉᵖⁱ́ˡᵒᵍᵒ

Si bien ya había pasado no más de cinco años, durante aquellos días e.incluso meses, los cambios de estadios, cada una de esas cosas estaban mas que perfectas, estaban tranquilas, llenas de armonía, Sally y Tn pasaban cada momento juntos como hermanos, siempre juntos y nunca separados, eran maravillosos todos esos momentos y siempre los abra, en aquel momento Sal ya se estaba graduando de si carrera cco honores dejando de lado el pasado, sin olvidar a sus amigos claro, o incluso a su familia. La pequeña celebración que estaba haciendo con la familia que lo acogió están a más que perfecta, todos se llevaban bien y no había discusión o molestias hacia Sally, el peli azul se había separado de todo aquel bulto de familiares para subir al ático de su casa, había recordado, por extraño que pareciera, el baúl donde había guardado las cartas que le hacía a su querida hermana adoptiva, subía cada escalón que lo llevarían a su destino, al llegar se dispuso a abrir la puerta encontrándose con dicha habitación medio oscura con un simple foco alimentando todo, el polvo se sentía con el simple respirar inundado sus pulmones sin ocasionar daños graves en su sistema, camino despacio hacia el baúl que tenía cada página de papel que poseían cada palabra dedicada a la única chica que le hizo ver una gran luz, ademas de las otra personas de su vida pasada.

- ¿qué haces aquí Sally? - escucho una voz fémina

- había recordado que tenia algo aquí - le respondió de común sin preocupación ni aires de temor

Tn se había hacer caso a su hermano mayor mirando la misma dirección que este estába mirando, al ver sucio objeto de ma era con ciertas partes metálicas fruncio el ceño.

- ¿hay algo ahí? - encargó una ceja, a lo que el peli azul la miró

- unas cartas - respondió - unas cartas que pensaba. . .pensaba darte cuando fuera un buen momento

- este es un buen momento - sonrió con cariño al escuchar lo que había dicho - pero si crees que no puedes mostrarme no lo hagas

- aún no es momento - volteo su vista al baúl - esperaré hasta el día en el que te vayas a casar

Tn había reído, no estaba segura si pero a contraer matrimonio, debido a que, tenía pareja no estaba segura si durarian mucho tiempo para que llegue ese miento, pero no quiso arruinar un bello momento entre hermanos.

༄4 años después

Sonaban las campañas de la Iglesia anunciando la pareja recién casada, tal como dijo Sally ella se casaría, este miraba con mucha felicidad a su hermana que estaba tan feliz con su nuevo esposo en una nueva etapa de si vida, mientras ellos se iban encaminando a la fiesta de bodas Sal se fue a su casa a buscar las cartas que había escrito para Tn, mientras ella estaba ocupada él estaría buscando donde poner las cartas, tal como había prometido, se las daría en el momento en el que ella se estuviera cazando. Las tomo del baúl quitando el poco polvo que estas podrían, volvió a tomar camino directo a donde seria la fiesta y dejar las cámaras en la maleta de la fémina que se iría por un mes de Luna de miel.

La fiesta pasaba de lo más tranquilo, los bailes, el brindis el pastel, todo era perfecto y no había de que ponerse triste o preocuparse, en aquel transcurso la hora de irse llego Tn y Sally se despidieron con cariño como si fuera la última vez que se verían, la recién casada se fue separando de él para ir de con su ahora esposo.

Ellos llegaron tranquilos a su destino, entre cariños y abrazos, mientras ella acomodarse cada cosa en su lugar, la joven había encontrado algo en su maleta, ahí habían unos sobres que estaba amarrados con una cinta tan fina de color turquesa para que no se desprendieran y pudieran perderse.

- ¿sucede algo querida? - escucho a su esposo con algo de precaución al ver que querida esposa estaba con una cara de asombro

- las cartas de Sal - le respondió mientras quitaba el lazo que unía aquellos pedazos grandes de papel - el dijo que me las daría cuando me cansara

- miró las cartas y tomó de los vivir a a su esposa - leelas, son importantes y debes de saber lo que Sally siempre te escribió

Tn asintió, le pidió que que la dejara leyendo las cartas en el balcón del hotel, claro que entendío y la dejo sola para que las leyera trabaja. Se puso comida en uno de los muebles que estaban ahí para luego leer la primera carta, posteriormente pasar por la segunda, luego tercera y así sucesivamente, cada palabra era lo más bello de aquellos tiempos que habían compartido juntos y que nuca una a olvidar, seguir o leyendo hasta llegar a la última, fue la última gota de lágrimas que dejo caer de sus ojos, se sentía tan feliz de haber conocido a Sally, era una persona de buen corazón a pesar del crimen que había cometido, sin embargo, lo ama, es su hermano, no de sangre, pero es como si lo fuera, dejo que que el viento le acompañará en su melancolía mirando nunca dejar solo a Sal.

10 Cartas, las cuales te dediqué y tenía miedo que las leyeras