Sus pies lo guiaron en un camino que conocía muy bien de años anteriores y de ese mismo día. Al sur y al este, la suela de sus zapatillas haciendo crujir las ramas en el piso. Llegó a la parte más lejana del acantilado en más tiempo de lo que tardaría normalmente, por su caminar lento y su mente ida.

El sonido del mar chocando con las piedras en la oscuridad le hizo suspirar. El calor se había disipado y estaba fresco, el viento le causó un escalofrío. No tenía un abrigo, lo cual era poco inteligente de su parte.

Aunque, pensándolo bien, quizás el escalofrío lo causó el sonido de una chapa golpeando el suelo en seco. Se volteó en un solo movimiento, pero no había nada. Otra vez la chapa, minutos más tarde, y una silueta negra corrió dentro del bosque.

Louis fue tras de ella.

Se perdió en el bosque luego de unos minutos de deambular sin un rumbo fijo. No hablan rastros de aquella figura extraña por ninguna parte.

—¿Liam? —exclamó con la voz insegura. No creyó ni por un momento que se tratara de él, su llamado era más una forma de no sentirse tan desprotegido en la oscuridad.

—¡Louis!

Era Harry.

Pero venía detrás de él. Era imposible que él hubiera sido la silueta.

¿Qué hace Harry fuera de la casa?

—Harry.

Exhaló como si la vida se le fuera allí. Estaba aliviado, intrigado, confuso y otro montón de emociones que no tenía idea de cómo explicar.

—Liam fue a buscarte y no te encontró —Sintió necesario explicar el vampiro.

—¿Y qué hacías en el acantilado entonces? Creí que jamás salías de la casa.

No contestó.

La luz de la luna iluminaba sus facciones de una manera en la que Louis había soñado miles de veces. Qué miles, millones incluso. Cualquier tipo de iluminación lo hacía ver más hermoso o más concentrado o más intimidante.

—Feliz cumpleaños —dijo y lo tomó de la mano. Los anillos le enfriaron la piel de los nudillos. Louis estaba sediento de sus labios, especialmente cuando ya no había nada que podría detenerlo.

—Gracias —susurró. Pronto la silueta que había estado corriendo minutos atrás perdió total importancia. Harry le estaba sonriendo como lo haría un preso que es liberado luego de pasar diez años en prisión. Aunque siempre sonreía así de amplio, casi encandilando con el resplandeciente brillo de sus dientes, Louis sabía que tenía una connotación diferente.

Louis quería que pronunciara su nombre con ese raro acento suyo hasta el cansancio. Y quería tocarle los brazos y rasguñarle la mariposa ridícula que tenía tatuada en el medio del estómago y que le recordaba a la sensación que él mismo sentía cada vez que lo tenía cerca.

La brisa marina le enfrió un poco el abdomen ligeramente descubierto y vibró un poco por la sensación. Mentiría si dijera que no había empezado a usar esas camisetas cortas sólo por el disfrute que el vampiro había demostrado por ellas.

Nunca había estado tan nervioso por un beso antes. No se le movió un pelo cuando recibió su primer beso, ni cuando tuvo su primera vez. Ni siquiera porque tenían que esconderse con el que había sido su amor de verano en las vacaciones, dos años atrás, en unas cabañas alejadas de las que su familia estaba alquilando. Sin embargo, había algo en Harry que lo hacía estremecerse con el simple toque de sus nariz fría con la piel sensible de su cuello.

Sus manos vacilaron cuando sintió al vampiro inclinarse hacia él. Era lento y era tortuoso, la forma en que los suspiros se le escapaban de los labios antes de abrazar la boca de Louis con la suya.

Y era, para su sorpresa, el beso más inocente que había recibido. Despacio y sedoso y encantador. Sin lengua al principio y Louis se puso en puntas de pie, porque el vampiro era tan alto que no lo podía alcanzar bien. El beso era un roce hasta ese momento en que inclinó la cabeza hacia un costado y lo profundizó. Similar a un baile íntimo, deslizándose hacia atrás y hacia adelante, ensimismados. Como si se necesitaran el uno al otro para sobrevivir.

Louis tenía los brazos acalambrados, le dolían las puntas de los pies y el abdomen se le había entumecido. Pero no quería detenerse. Se quejó cuando Harry acabó el beso con un chasquido ruidoso y un pico inmediatamente después.

—Es tarde —dijo en su oído el vampiro—. Tienes que volver a casa.

Louis negó y se abrazó más a él —No me importa, me quiero quedar contigo.

Puede que estuviera perdiendo un poco la dignidad, pero no podía aguantar privarse de ello hasta el día siguiente o incluso más cuando ya lo había degustado de esa forma tan exquisita. Se sintió como un adicto necesitando cada vez más, y apenas había sido un beso. No quería siquiera imaginar que le sucedería después.

Sintió la vibración de la risa del vampiro en su rostro.

—Vamos, ven conmigo entonces.


Buenas!  lxs quiero invitar a leer mi otra fic en proceso "Aturdimiento Brumoso". Es omegaverse, A!H y O!L.

Léanla o lloro, ahre.

Espero que el cap les haya gustado, ya saben, avísenme si ven algún error y voten y comenten si les gustó.

besitos🖤🖤🖤

Vitalidad » lsWhere stories live. Discover now