Capítulo 3 - El vídeo

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Por lo obscuro del lugar podrían haber pasado desapercibidas de alguna forma, cualquiera podría poner en duda quiénes eran las protagonistas de esa grabación. Esto último le dio unos segundos de cierta paz a la mente de la de ojos bicolor, pero todo se fue al caño en los siguientes segundos, en dónde el DJ que se había prestado para ponerle ambiente al lugar, empezó a jugar con más luces, volviéndolas poco a poco el centro de atención de más personas a su alrededor, lo cual tal vez era por el tipo de baile, quizás por quienes eran ellas, o tal vez ambas cosas. Lo que sea que fuera que volteó sus miradas hacia ellas, Catra lo maldijo con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, la Adora y Catra de esa grabación no se habían percatado (o no les importaba) que tenían algunos ojos curiosos sobre ellas, incluso más de uno también empezó a sacar su celular y a sacar fotografías y más vídeos, pero ellas estaban tan ensimismadas en lo suyo que, al corto tiempo, Adora tomó por la cintura a Catra atrayéndola fuertemente hacia ella dejando sus rostros muy cerca la una de la otra, pero aún sin besarse, pues parecía que la rubia dudaba. En un movimiento rápido, Catra rompió esa distancia y comenzaron a besarse muy sugestivamente. Tras el beso, los gritos de las personas alrededor casi sobrepasan al de la música, haciendo que muchas personas enloquecieran y quien grababa tuviera que cortar debido a que la multitud le cubría la vista.

Cuando el vídeo por fin terminó y la pantalla se puso negra, ésta reflejaba el rostro de una Catra con una sombra de devastación, mientras que sus amigas la observaban con preocupación. Por la mente de la castaña pasaban muchas cosas, vamos, no era tonta, sabía que algo había pasado en la fiesta, aunque no podía recordarlo del todo, aun cuando tiene buena tolerancia al alcohol, había bebido lo suficiente para causarle algunas lagunas mentales convenientes (o tal vez no). Ella esperaba que lo que sea que hubiera pasado se quedara en el olvido de aquellos universitarios ebrios o drogados que por casualidad (o eso creía) pudieran haberlas visto haciendo lo que sea que fuere que hicieron ese día.

- Soy... to... ete – Susurró Catra entrecortadamente, pues su garganta luchaba contra un nudo de rabia, desesperación y algo de tristeza.

- ¿Qué dijiste Wildcat? – Preguntó Scorpia intentando acercarse a su amiga, pero antes de que lo logrará, la castaña escupió ferozmente las palabras que no habían podido escuchar.

- ¡SOY SU PUTO JUGUETE!

- Catra, espera, no creo que... - Entrapta fue interrumpida.

- ¡Tú crees que importa! A los ojos de todos los estúpidos del campus soy el maldito nuevo juguete de la gran Shera – Explotó Catra en un llanto de frustración que intentaba ocultar agachando la cabeza mientras se la sostenía con ambas manos enterrando sus uñas en su nuca de forma desesperada.

Las tres chicas se miraron mutuamente al entender que no había nada que pudieran decir para hacer sentir mejor a su amiga, era muy raro verla en ese estado de vulnerabilidad, sabían que sea lo que fuera que la hacía sentir de esa forma estaba más allá de sus capacidades para calmarla en ese momento. Por lo que decidieron acercarse lentamente a la frágil figura de su amiga, y abrazarla para consolar aquella bola de llanto en la que se había convertido.

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En la práctica de baloncesto, Adora se encontraba muy distraída, fallaba cada tiro y cada pase, y en ocasiones se tropezaba con sus propios pies. Después de que sus amigos lograron calmar su ataque de pánico trató de evitar pensar en lo ocurrido, pero le fue básicamente imposible ya que el nombre de "Catra" seguía regresando a su mente. Lo que lo hizo aún peor es que en su última clase, un par de compañeros la felicitaban por su "nueva adquisición" mientras le mostraban el video de ella y Catra besándose, lo cual la terminó de dejar fuera de combate. Era casi como si se hubiera separado de su cuerpo y lo estuviera viendo moverse de una forma astral.

A mitad del entrenamiento, la entrenadora no pudo más con lo que sea que le ocurriera a la chica, así que la envío a casa, si se sentía mal no podía arriesgar a la nueva estrella del equipo por una tontería. Adora en un principio quería seguir, pero incluso ella misma se dio cuenta que era caso perdido, así que agarró sus cosas y tomó su camino hacia fuera de la cancha de entrenamiento.

De alguna forma no podía entender lo que estaba pasando, y eso la empezaba a desesperar; La rubia podía ser muy disciplinada, era de las que siempre lograba lo que se proponía o nunca dejaba de intentarlo, pero por otro lado era muy ingenua y distraída, sobre todo cuando se trataba de sí misma, por eso mismo siempre que pasaba algo que la relacionara, solía ser la última en enterarse, pero esa vez ni Bow ni Glimmer (quienes solían servir de salvavidas en este aspecto) parecían saber lo que ocurría, y eso la agotaba aún más.

Mientras se dirigía fuera del campus, en aquella obscuridad tenue que hay tras ocultarse el sol pero que pocas estrellas apenas se asoman por el cielo, notó que las luces de la pista donde entrenaban los de atletismo estaban encendidas. Normalmente no suele prestarle atención, ya que sale muy agotada del entrenamiento, pero casi podría jurar que los de atletismo no usan la pista a esas horas. Curiosa y casi en un auto-reflejo de dirigió hacia el lugar, pensando en que tal vez ahí podría encontrar de alguna forma "mágica" respuestas de lo que ocurría y sobre aquella morena que parecía tatuada en su mente.

Cuál fue su sorpresa que al llegar se topó con ella corriendo con la gracia y velocidad de un felino, concentrada totalmente en lo suyo, como si solo existieran en el mundo ella y la pista. La ojiceleste quedó anonadada viendo a la morena, quien tenía su cabello recogido en una coleta, y vestía un top y shorts deportivos pegados a su delgada pero muy bien formada figura. El corazón de la rubia comenzó a acelerarse mientras sus mejillas se enrojecían con cada trote que daba la otra chica.

Pese a todo el caos emocional por el que había pasado esos últimos días, principalmente hoy, el ver de nuevo a Catra le había ayudado a disipar la mayoría de esos sentimientos negativos. Adora había pasado mucho tiempo buscándola sin éxito y nunca se imaginó que ahora se encontraba tan cerca de ella, en la misma ciudad y estudiando en la misma universidad, aún con todos los contrastes de su reencuentro ella se sentía feliz de poder volver a ver aquellos ojos bicolores de la chica que amaba tanto y que había extrañado cada día desde su separación.

Sus pensamientos flotaron tanto entre recuerdos y la imagen actual de la castaña que no se dio cuenta que un par de ojos azul y miel, la observaban fijamente, casi en shock.

- ¡Tú! ¡¿Qué carajo haces aquí?! – Gritó Catra acercándose enfurecida.


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Espero les esté agradando la historia, de ser así también me gustaría saber qué opinan de lo que decía del capítulo especial de lo que ocurrió esa noche (obviamente más detallado: V)

Sé que no es la gran historia, pero a los que la están leyendo, muchas gracias por el apoyo :3

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