Capítulo 1: Cambio de planes.

38K 1.1K 264
                                    

Narrador omnisciente.

—Y le colocaré las clases de inglés para las dos de la tarde. ¿Le parece bien?

Es la maestra y entrenadora personal quien le proporciona directrices a su clienta, organiza su agenda para cada día, recibe horarios acomodados para el aprendizaje de materias y destrezas comunes, inclusive algunas que son más exclusivas.

Con desespero y un poco de aburrimiento, Ami, la clienta, alumna, responde:

—Sí, sí, sí, lo que sea.

Cepilla su cabello con suavidad con uno de los cepillos más caros que probablemente usted y yo jamás hemos usado.

Esa es la carga de Ami al ser la hija del presidente de una nación.

—Bien, esa será la rutina de mañana.

Termina de dirigirse a su alumna antes de esperar la orden de que ya está lista para retirarse.

Con algo de pereza, Ami se tira sobre su cama sintiendo lo suave de las sábanas finas, y de caras telas, mientras suelta suspiros de satisfacción después de un pesado día en su agenda.

Era esa comodidad que la abrazaba, la que la llevaba a las nubes que logró que sus ojos se cerraran en unos pocos segundos. Estaba cansada. Exhausta.

El ambiente tranquilo y dormilón en el que se encontraba la hija del presidente es corrompido por el fuerte sonido del teléfono, el cual comenzó a cantar gracias a la llamada que entraba.

Con un susto y un suspiro de alivio, esta chica se acerca a contestar un poco confundida, no era muy común que reciba llamadas.

Sin revisar de quien se trataba, coloca el artefacto de comunicación a los lados de su oreja para poder entablar la siguiente conversación:

—Buenas noches.

Saluda educadamente, debe mantener la imagen. Es hija del presidente.

—Sí, hola—. Recibe respuesta de un hombre.

Era la falta de respeto y esa forma callejera de hablar la que hizo que quisiera curiosear en la pantalla del móvil de quién se trataba esta repentina llamada.

El rostro relajado de la chica se transforma a uno de preocupación, ya que lo que había visto en pantalla era un número sin registrar.

Analizando, ella determina que el hombre con el cual habla no sobrepasa los cuarenta años, ni tampoco está más abajo de los veinte. Este análisis lo hizo a partir de la voz que oía, gruesa, con un toque suave.

Insistentemente, Ami intenta continuar la comunicación.

—Sí. Disculpe, ¿Con quién tengo el gusto? — pregunta temerosa.

—Sí, hola... —nuevamente se recibe la misma respuesta, lo que la desconcierta aún más.

—Sí, estoy aquí. Dígame.

Insiste otra vez. Con una ceja levantada y una mueca, forma una cara de confusión al no entender lo que sucedía.
La comunicación extraña la llevó a ella, por lógica, deducir que la señal estaba mala.

—Hola... —de nueva cuenta, la misma respuesta se recibía desde el otro lado de la línea.

—¿Esto es una broma?

Ella con desespero aparta su celular para poder observar las barras de señal, las cuales, estaban llenas.

Justo después de aquello se recibe una nueva respuesta, y de forma histérica, como si se tratase de un anuncio catastrófico, Ami se levanta de la cama.

No eres mi dueño [#1]Where stories live. Discover now