Oops

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Desde su ventana había estado observando a su vecina por más de 20 minutos. Si señor, Yeh Shuhua era una acosadora. O así es como le llamaba su mejor amiga, Minnie.

No siempre acosaba a su vecina, eso había comenzado unas 6 semanas atrás. Cuando, sin querer, pilló una escena bastante compremetedora. Jeon Somi, la chica más popular del instituto se encontraba enrollándose con su vecina, Seo Soojin, una universitaria que era bien conocida por si belleza.

Ese día Shuhua estaba harta de su tarea, no era muy divertido realizar un proyecto sobre La Guerra de los 100 años, y para matar el aburrimiento decidió tirar pequeños trozos de papel por la ventana, tratando de mejor su puntería. Y cuando, terriblemente exasperada, no pudo golpear un pequeño cactus colocado en la ventana de su vecina decidió acercarse al borde de la suya para golpearlo por fin. Lo que encontró fue más interesante. Lamentablemente Soojin notó la presencia de la más joven y se alejó de la canadiense. Y antes de que Shuhua pasase de ser un tómate a una uva o Soojin delatase a la acosadora, Somi recibió una llamada que, por lo que escuchó la pelinegra, apuraba a la chica a ir a sus entrenamientos de soccer. La chica observó un beso pasional y cuando la castaña se hubo ido, Soojin se acercó a la ventana.

- ¿Algo interesante? -Pronunció la mayor suavemente, Shuhua nunca había escuchado una voz tan perfecta. - ¿disculpa?

La chica había quedado embobada y sintió el rubor apoderarse rápidamente de sus mejillas - ¿Interesante? ¿Qué podría ser interesante? Digo, te estabas enrollando con la persona más popular que conozco y casi las veo hacer algo más que sólo jugar a las manitas calientes - Soltó sin pensar, la presencia de la otra chica le ponía los nervios de punta.

La más alta río.

- Si lo quisieses, te hubiera dejado entrar a "jugar".

- Oh no... estoy demasiado ocupada con... con un trabajo.

- Claro, claro. - ¡que respuesta más estúpida! Se lamentó Shuhua. - Soy Soojin, hasta luego, atractiva vecina.

Shuhua no podía estar más sonrojada, se había quedado cual piedra después de aquello.

Por eso, cada que la pelinegra tenía oportunidad, siempre observaba la casa ajena. Buscando alguna oportunidad de hablar con Soojin, y al menos, presentarse correctamente.

Nunca lo lograba.

Decidió alejarse de aquella ventana, se había rendido.

La chica salió de su habitación y rápidamente bajó las escaleras dirigiéndose a la cocina, encontrándose con una escena que no esperaba para, absolutamente, nada.

La mismísima Seo Soojin se encontraba cocinando un pastel junto con su madre, que al verla le dedicó una gran sonrisa.

- ¡Hasta que por fin sales mi pequeña blancanieves! - La nombrada se sonrojó a más no poder, le había llamado por el apodo más vergonzoso del mundo, se sentía muy niña con éste y lo último que quería era que la universitaria pensase que era una niña.

- Hey... ¿qué está pasando aquí? - Dijo Shuhua tratando de sonar lo más natural posible aunque se moría por saber que hacía ahí la chica que había estado en su mente durante tanto tiempo.

- Le he estado ayudando a Soojin a cocinar postres. -Pronunció la madre y agregó con algo de molestia- desde hace dos semanas.

Shuhua abrió la boca sorprendida, ¡dos semanas llevaba acosando, digo, "encontrando la oportunidad de presentarse correctamente" a su vecina! La chica iba a responder pero fue rápidamente interrumpida por su madre.

- Te hubieras dado cuenta si hubieses pasado menos tiempo encerrada. -Su madre dejó de mirarla y se dirigió a Soojin- Estos adolescentes de hoy en día, ¡demasiado tiempo pensando en meter la pelota en el hoyo!

Soojin no lo pudo evitar, como era de esperarse, y soltó una gran carcajada.

Quería morir ahora mismo.

¿Por qué no tenía una madre normal?

- Madre...

- Shuhua, ¿qué tal si le das el visto bueno a lo que a preparado Soojin? ¡Le han quedado de muerte!

- ¿S-segura? -Dijo la menor con duda, ¿qué tal si le había quedado horroroso? Su especialidad no era exactamente el mentir...

- Estaría encantada. -Pronunció suavemente, y por primera vez, la deseada Soojin.

La pelinegra se acercó lentamente y sostuvo con firmeza un pequeño y lindo cupcake negro.

- ¡Casi lo olvido! -Se apresuró Soojin y buscó la manga pastelera - Déjame decorarlo.

Y así lo hizo, provocándole un mini infarto a Shuhua, la pelirroja había escrito su número. Sin dudarlo lo memorizó y evito a toda costa que su madre se diera cuenta de lo que acababa de pasar.

- ¿Y qué tal? -Preguntó expectante Soojin - ¿He superado a mamá Yeh?

- Es... delicioso. -Y no mentía, estaba para morirse, se derretía en su boca cual manjar de dioses. - Dios, esto está exquisito.

La cocinera estrella rió suavemente y le agradeció por su humilde opinión.

- Mamá Yeh nunca falla a la hora de enseñar. -Dijo su madre orgullosa.

- Sólo conmigo. -Repuso rápidamente Shuhua.

- ¡Tú eres caso perdido! ¡Haces demasiadas preguntas y muy poca acción! -Exageró su madre.

Mientras tanto la pelirroja disfrutaba de ver la interacción entre madre e hija. No habría imaginado que su vecina fuera tan única y...hermosa.

- Mamá Yeh, ¿cree usted que esté preparada para prepararle un pastel a, ya sabe, mi persona especial? -Agregó sin ser necesario, quería saber si sus palabras afectaban en algo a la chica de mirada fría. Vaya que lo hizo, primero observó confusión, celos, enojo, irritación y, por último, tristeza. Aquella chica la mataría con tanta dulzura.

- Claro que sí, bella dama. El alumno finalmente ha superado al maestro -Soltó con dramatismo. - Si me disculpan, tengo unos asuntos que atender, Soojin quédate el tiempo que quieras, conoce a la tímida de mi hija.

- Será un placer. -Remarcó la última palabra y vio tragar a la menor.

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Ambas chicas estaban sentadas frente a frente en la barra de la cocina.

- Dios... yo no me he presentado correctamente. -Dijo para detener aquel silencio incomodo. - Mi nombre es Yeh Shuhua, 17 años. Estudiante. Amante de la actuación. Futura actriz profesional.

La mayor quedó algo impresionada, Shuhua había soltado todo de golpe, no le molestó en absoluto. Quería conocerla.

- Mi nombre es Seo Soojin, puedes decirme Soojin. Aunque ya me había presentado. -Ambas rieron un poco. - 20 años, estudiante de derecho de segundo grado. Futura exitosa abogada.

- Te faltó agregar "increíblemente popular por su inmensa belleza".

Soojin se sonrojó, aquella chica era tan genuina, inocente y totalmente diferente a su tipo ideal.

Se aclaró la garganta tratando de arreglar lo ya dicho - Y-yo me r-refiero a que e-eres muy bella y-y por ello no me s-sorprende tu p-popularidad. -Ahora en su cara estaba plasmada la palabra "pánico" en mayúsculas. Aquello enterneció a la mayor.

- Tú eres mucho más guapa Yeh, -El corazón de la más joven iba a explotar. -No me sorprende que tengas novio.

La chica frunció el ceño. - ¿Novio? ¿Quién dijo semejante tontería?

- Uh, Somi. Le he preguntado sobre ti y me lo ha dicho. Su nombre es Yoo Seonho.

- Yoo? ¡Es mi mejor amigo! -Sentía la necesidad de que Soojin  no lo malinterpretara. - Además...soy lesbiana.

Una gran sonrisa no puedo evitarse en el rostro de Soojin.

Eso facilitaba todo.

Oops.

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Oops... I Did It Again! [ShuJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora