あ; 𝐅̲𝐄̲𝐀𝐑 ৡ 𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠𝐜𝐡𝐞𝐨𝐥 ｡+⸙͎.ˇ

O8

— ¿Dónde estuviste? —preguntó SeungCheol enojado. Cuando llegó a su casa pensó que iba a ver a su novio esperándolo en la sala, pero fue su sorpresa ver que se había ido sin avisarle.

— ¿Desde cuándo te importa lo que haga? —respondió esquivando la pregunta, no es que hubiera hecho algo malo, solo estaba un poco —demasiado— enojado con su novio.

— ¿Qué? —el pelinegro se quedó sorprendido, su novio nunca le había hablado así.

— ¿Por qué no volviste anoche? —el rubio se cruzó de brazos, mirando a su novio de forma acusatoria.

— No quise. —respondió, volviendo a tomar su forma indiferente.

— Entonces, yo no te esperé porque no quise. —dijo de igual forma.

— ¿Qué te pasa? —dijo el pelinegro perdiendo su paciencia. Qué irónico.

— ¿Qué me pasa? —repitió el rubio, sintiéndose indignado. — ¿¡Qué te pasa a ti!?

— No me pasa nada.

— ¿¡Que no!? ¡Siempre haces lo mismo! ¿¡Al menos podrías fingir que te importo en lo más mínimo!?

Tengo miedo, la verdad me tiene atado.

— ¿¡Y cómo pretendes que finja algo que no siento!? —dijo el pelinegro.

Incluso mi sinceridad ha sido manchada.

El rubio lo miró por unos minutos, sintiendo su corazón destrozarse en segundos y el nudo en su garganta formándose.

— ¿Q-qué? —tartamudeó— ¿Yo.. Yo no te importo? —dijo sintiendo sus ojos cristalizarse, sintiendo esas palabras como dagas filosas clavándose en su alma.

SeungCheol no dijo nada, solo lo miró por unos segundos, y luego se fue con el corazón latiendo con rapidez.

— ¿Por qué le dije eso? ¿Acaso me estoy volviendo loco? —dijo cuando estuvo fuera del edificio que compartia con su novio.. o bueno, tal vez ex-novio.

Las palabras siguen repitiéndose, las también letras se detuvieron.