—Estoy acá arriba —chasqueo mis dedos frente a ella.

—¡Ay por Dios! —coloca sus manos en su boca —Lo siento tanto —menciona apenada —Sólo... creí que necesitarías una toalla para secar tu rostro y yo nunca creí que t-tú —señala mi torso, cierra sus ojos liberándose de sus pensamientos y continúa —No creí que tú estarías... así.

Me encanta cuando tartamudea.

Es tierna.

—Ignora todo esto, soy extraña, no suelo controlar lo que digo y hay veces que incluso...

Y sexy.

Antes de que ella pueda terminar de hablar, tomo sus mejillas con ambas manos y acerco sus labios a los míos, ella no tarda en corresponder y continúa el beso; nuestros labios se mueven en sincronía con una emoción excitante, bajo mis manos hacia sus caderas para profundizarlo más, ella mueve sus manos sobre mi torso desnudo y de pronto nuestras lenguas comienzan a juguetear salvajemente.

La cargo en mis brazos sin abandonar el fuego del beso, pongo mis manos en su trasero y abro la puerta de su habitación. Ella cae en la cama, dejo unos cuantos besos húmedos en su cuello, mientras que ella cierra sus ojos y suelta un pequeño gemido.

Sigo besando su cuello hasta llegar a sus labios nuevamente, estamos inundados en esto y no pienso en regresar. Retiro su blusa en cuestión de segundos, su respiración se vuelve agitada, y a mi me vuelve excitante. Desabrocha mis pantalones mientras que yo desabrocho su sostén, ella toma el control y se sube arriba de mí moviendo sus caderas de una manera impresionante, sus dedos juguetean en mi abdomen. La habitación se llena de gemidos y ahogos de desesperación, la quiero completamente para mí.

Desabrocho sus jeans mientras que muerdo mi labio inferior, es impresionante todas las sensaciones que me puede hacer sentir esta chica en cuestión de segundos.

Cambio de posición para tener el control, y cuando estoy a punto de besar sus labios el sonido de alguien tocando la puerta de la habitación me detiene.

—¿Abby? ¿Te encuentras bien, hija? —la voz de John se hace presente desde el otro lado de la puerta.

—Mierda —murmulla Abby colocándose el sostén, yo me coloco mis pantalones rápidamente —¿Sí, padre? —menciona esta vez en voz alta.

—Te pregunté si te encuentras bien —repite.

—Sí, sí —aclara su garganta —Estoy bien —le responde a su padre. Luego me lanza una camiseta —Póntela, es de Dereck.

Hago lo que me dice y me la pongo, a decir verdad no me queda mal y es cómoda.

—Subí al baño y creí haber escuchado algo ¿Segura que estás bien? —vuelve a preguntar, ¿tan obvios fuímos?

Cuando ella se termina de colocar las prendas, se acerca a mí y susurra —Sígueme la corriente —asiento nervioso, ella se dirige hacia la puerta de la habitación y la abre.

—Estoy bien, papá—por el otro lado de la puerta, luce un John confundido con una ceja en alto al verme.

—¿Qué se supone que hacían? —cuestiona señalando a ambos.

Abby piensa un momento en sus palabras, antes de que ella responda me adelanto —Necesitaba una camisa para cambiarme, Abby encontró una —señalo la camisa que llevo puesta.

—Comprendo —dice inconforme —Deberían bajar, la cena no tarda en estar lista —menciona antes de irse.

Lanzo un suspiro y me tiro en la cama, eso estuvo realmente cerca. Abby hace lo mismo y después se echa a reír.

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