La Perra ha muerto, Dios salve a la Perra

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—¡Dean, despierta! —El sonido de la voz de Castiel se entremezcló con el sueño y no fue hasta que le sacudió el hombro que el cazador al fin despertó. Dean se restregó un ojo perezosamente. A pesar de que el colchón era un elemento de tortura medieval, como siempre que Cas se quedaba con ellos en el cuarto de motel, su sueño fue profundo y pesado; y como a un oso invernando, le costó levantarse—. Ha habido una muerte.

—¿Qué? —dijo desconcertado sentándose en la cama. En cuanto estuvo en posición erguida, Castiel puso en sus manos una taza de café. Dean parpadeó con fuerza intentando despabilarse y bebió un sorbo—. ¿Quién murió? —preguntó con voz ronca, tratando de no sonar preocupado, aunque en el fondo rogaba que no fuera Ric; parecía buena gente, no merecía terminar así.

Castiel lo observaba frunciendo el ceño y Dean pensó que probablemente había escuchado esa especie de plegaria silenciosa. Dio otro trago a su café para evitar su mirada.

—Madame Glam —dijo Castiel.

—¿La Reina? ¿Qué sucedió? —preguntó, internamente aliviado de que no haya sido su compañera de camerino.

—Al parecer el espejo de su tocador le cayó encima. Se rompió el cuello. —Dean hizo un gesto de descreimiento. Cuello roto, demasiada casualidad—. Ricardo se encontró con Sam en el pasillo hace unos minutos y se lo informó. Sam fue al teatro para intentar averiguar algo más, pero no creo que le permitan entrar a la escena del crimen.

—Deberíamos haber venido como FBI —insistió Dean apurando su café. Castiel asintió despacio.

—Así es —murmuró dándole la razón.

—Lo mejor será esperar a que Sam regrese —dijo Dean buscando el traje que había llevado de todas formas—. Si la policía aún está en el teatro, no podremos pasar luego por federales si es necesario.

~*~

—¡Le dije que era peligroso quedarse sola! —exclamó Trixie entre sollozos. Sam aguardó con paciencia a que respondiera su pregunta—. ¡No puedo creer que esté muerta! —"Ya, ya, hermana" susurró Ric intentando tranquilizar a su amiga. Cuando Trixie comenzó a llorar aún con más fuerza, Ricardo la sacudió por los hombros.

—¡Ya basta, perra! —dijo logrando que la otra guarde silencio—. Odiabas a la maldita. Solo estás nerviosa porque piensas que pudiste ser tú.

—¡Claro que pude ser yo! —gritó Trixie secándose las lágrimas negras con desesperación, embarrando su maquillaje aún más—. ¡Fue el fantasma, te lo digo, perra! ¡Tuve la corona conmigo por horas! ¿¡Y si me atacaba a mí!? —exclamó comenzando a descontrolarse una vez más, pero Ricardo la miró con severidad y le entregó un pañuelo. Trixie se despejó la nariz sonoramente, consiguiendo que el estruendo retumbe por el pasillo de los camerinos donde se encontraban. A pesar de ser tan pequeña y delgada, era bastante ruidosa.

—¿Recuerdas qué hora era cuando te fuiste? —Sam repitió su pregunta palabra por palabra, esperando tener mejor suerte que la primera vez. Trixie negó con lentitud. Temblequeaba con la mirada perdida, aún asustada más por ella misma que por la horrible muerte de Madame Glam.

—¡Aguarda! ¡Sí! —se corrigió alzando un dedo en el aire—. Rona me había dado la caja de la corona, y me pidió que se la entregara a Madame. Pasé por su camerino a última hora, porque el mío está en el otro extremo del pasillo y no tenía sentido caminar hasta allí antes si iba a pasar por su puerta al irme... —Sam asentía en silencio mientras la escuchaba. Trixie divagaba al hablar y era difícil seguir el hilo de lo que narraba, aún así, era importante saber si la muerte se produjo antes o después de que quemaran el cuerpo de Patrick Wayne—. ¡Como sea! Había un reloj junto a la puerta y miré la hora justo antes de dejarla a solas, eran las doce y cuarto de la noche... —dijo volviendo a sonar su nariz—. Supongo que Madame Glam iba a pasar la noche aquí, la perra hasta tiene una cama en su camerino. ¿Puedes creerlo, Ricky? —añadió dándole un golpecito en el hombro a Ric. "¡Esa perra!" exclamó Ricardo, pero al instante recordó que la perra estaba muerta y se apresuró a persignarse.

Señorita Pink RoseWhere stories live. Discover now