Un caso es un caso

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Oculto en la seguridad de su cueva, Dean se acomodó frente al televisor con un enorme tazón de palomitas de maíz y comenzó a explorar Netflix. Fue recorriendo la pantalla sin que nada captara su atención. Las películas que le gustaban ya las había visto cientos de veces. Continuó bajando hasta llegar a la lista titulada "Nuestra selección para Dean". Y allí estaba la imagen de una extravagante mujer con la piel color canela y una abultada peluca rubia, con pestañas imposiblemente largas, que lo miraba desde la pantalla, desafiándolo a ver el tercer programa sugerido. Era uno de los reality shows de RuPaul.

El cazador miró sobre su hombro para comprobar que seguía solo.

Sam y Cas habían salido a hacer las compras del mes. Iban a tardar bastante en regresar.

Se mojó los labios con algo de ansiedad y luego los apretó en una línea delgada. Volvió a mirar la pantalla. Había dejado el quinto episodio por la mitad, aproximadamente un mes atrás, cuando Sam había entrado a su cuarto sin golpear y él consiguió cerrar su laptop justo a tiempo.

Los malditos programas de RuPaul eran su nuevo secreto culposo . Doctor Sexy había perdido gran parte de su encanto desde que Sam había descubierto que lo veía. Claro que su hermano suponía que lo hacía por las enfermeras exuberantes y el alto contenido sexual, a pesar de ser un programa que se emitía a mitad de la tarde. Sam no tenía idea que Dean lo veía porque bueno... el Doctor Sexy era, de hecho, sexy .

Dean se removió en su asiento y le dio play al show. El concurso de Drag Queens ya llevaba varias eliminadas, pero su favorita seguía en juego. Le tomó un rato ponerse al corriente una vez más con los nombres y las historias de los participantes; pero solo dos capítulos después, ya estaba comentando con la silla vacía a su lado sobre cuál era una maldita perra y cuál merecía ganar.

Para cuando se dio cuenta de la hora, ya era demasiado tarde. El sonido del carraspeo de Sam retumbó en la Fortaleza de la Deandad justo en el momento en que todas las chicas estaban en silencio esperando el veredicto de ese episodio.

Dean dio un respingo y estuvo a punto de tirar al suelo el bowl con las palomitas que le quedaban.

—¡Mierda, Sam! —protestó llevándose una mano al pecho exageradamente.

—¿RuPaul? ¿De verdad, Dean?

—Me debo haber quedado dormido con el control en la mano —mintió dando una última mirada antes de apagar la televisión. Su favorita había pasado a la siguiente ronda.

Sam sopló una risa burlona y murmurando "Como digas" se dio la vuelta, desapareciendo por el pasillo.

~*~

Dean esperó un tiempo prudencial antes de aparecer en la cocina, en un intento de evitar cualquier comentario de su hermano acerca del tema. Tomó una de las cervezas del refrigerador y los observó por un momento, Sam y Cas estaban sentados en silencio buscando posibles casos en las noticias.

—Hey —dijo Dean a modo de saludo, sentándose junto al ángel. Castiel alzó la vista en su dirección y le dedicó una sonrisa suave, para luego volver a enfocarse en lo que estaba leyendo—. ¿Encontraron algún caso?

—De hecho, sí —dijo Sam. Al mirarlo, Dean notó la sonrisa socarrona en su rostro. Era evidente que debería haber esperado un poco más. Dean dio un trago a su cerveza para evitar su mirada—. Escucha esto, creo que podría interesarte... —Sam se aclaró la garganta y comenzó a leer la noticia alzando las cejas divertido—. Tras diez años del trágico accidente que se cobró la vida de la última Reina, el teatro Pink Rose reabre sus puertas con su ya clásico concurso de Drag Queens...

Señorita Pink RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora