𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑙

153 18 3
                                    

La vida te puede hacer muy malas jugadas por consecuente de tus decisiones, eso lo sabía de sobra el castaño que ya había pasado sus malas experiencias debido a esto, cada acción tiene su consecuencia.

Hace unos días su tío Ford le había comentado de unas nuevas criaturas mágicas las cuales tenían un poder especial que las hacían invisibles durante unos segundos, esto lo utilizan como un mecanismo de defensa. A Dipper le parecieron criaturas interesantes así que decidió ir en busca de ellas al bosque, pero al ver que el sol ya se olcultaba dedujo que lo mejor sería buscarlas otro día, cuando tuviera la luz del día a su disposición.

Cuando finalmente estaba decidido a ir en busca de las criaturas, agarró las cosas necesarias: un diario donde apuntar sus descubrimientos, una lintera, una botella de agua, un mapa que su tío le había dado para saber más o menos donde encontrarlas y otros utensilios útiles.

Poco a poco se iba acercando a su lugar de destino, podía sentir la brisa golpear suavemente su cara, a los pájaros cantar dándo una sensación de calidez, todo iba bien hasta que la nada dejó de oír el canto de las aves, la suave brisa parecía convertirse en una ráfaga de viento acompañada de un frío que sentía penetrar sus huesos, la calidez que había sentido hace unos momentos se había ido por completo, Dipper no sabía cómo reaccionar a esto; sabía que las cosas definitivamente no iban bien, no eran malas jugadas de su imaginación.  Empezó a ver a su al rededor extrañado de lo que acababa de pasar, cuando pudo sentirlo, sintió a alguien que lo observaba, quería gritar de miedo pero no emitia ningún sonido.

Estaba paralizado del miedo que eso le provocaba, aferrándose a la poca valentia que le quedaba en ese momento volvió a darle una mirada al entorno. Dipper no podía procesar lo que estaba viendo, el aliento parecía irse de sus pulmones, esos ojos amarillos estaba viéndolo fijamente, con una sonrisa burlesca, sabía de quien se trataba; era Él...

Dueño de sus pesadillas, ese mismo que los quiso destruir hace unos años, ese mismo en el cual gritaban "No confiar"
Aquél mismo demonio estaba frente suya, el mismo Bill Cipher.

Malas Jugadas   Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora