Pasión

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Mahir besó la frente de Feride y ella sonrió. Se habían reunido en un lugar bastante apartado y habían hecho un pic-nic... ella estaba bastante desanimada esos días porque había discutido con su padre y él insistía en que debía cuidar su profesión y su cargo y no debía siquiera acercarse a él...

Él acarició su cara y ella trató de sonreír....

-       Mi ojos de gacela... dime ¿qué puedo hacer para que sonrías de felicidad? - le dijo mirándola de cerca.

-       No puedes hacer nada, Mahir, no depende de ti... lamentablemente... estoy triste porque no deseo tener que tomar la decisión de abandonar mi carrera y mi profesión para estar contigo... no me parece justo...

-       Feride...

-       Y no estar contigo no es una opción...- le dijo con seguridad y él sonrió con ternura y besó sus labios.

-       Mmmm... desearía que no estuviésemos aquí y pudiéramos tener un momento a solas...- le dijo y la empujó para atrás, Feride se recostó sobre el pasto y suspiró, dejándose llevar por el momento.

Mahir acarició con suavidad su pierna y la escuchó suspirar otra vez. Ella se separó de él con algo de dificultad...

-       Mahir... cariño... soy una jueza... no me pueden ver en una situación como esta...

-       Lo siento, tienes razón... perdóname...- le dijo y se levantó, la ayudó a incorporarse y se arregló un poco la ropa.

-       No debemos hacer estas cosas...- dijo ella con incomodidad y algo de tristeza también.

-       Lo siento... ¿me perdonas?

-       Sí, ¿cómo no lo haría? ¿crees que yo no tengo deseos de sentirte sobre mi piel? ¿de besarte y que me beses?

-       Lo sé...- dijo él y entrelazó los dedos con ella.

Terminaron de comer y luego ella volvió al juzgado. Firmó unos papeles que necesitaba entregar y volvió a su casa.

No tuvo ánimo de cenar con sus padres y su madre la apoyó. Feride los escuchó discutir y se sintió algo culpable. Pero no se movió del que consideraba el único lugar importante en su casa, su pequeño escondite donde podía escribir, descansar, leer, soñar... y últimamente, también fantasear con Mahir...

Se puso su camisón favorito y se acostó. Hacía un poco de calor y decidió dejar la ventana entreabierta, adoraba que la brisa entrara de a ratos a traerle algo de alivio...

Se quedó leyendo un libro de poesías que Mahir le había regalado y se durmió temprano, pensando en él, imaginándolo diciéndole todos esos versos mientras la miraba a los ojos...

Un rato más tarde, Mahir agradeció que ella dejara la ventana abierta y entró sin hacer ruido. La vio dormir y la acarició con la mirada. Se moría de ganas de estar con ella y la única manera que había encontrado, ya que ella estaba bastante vigilada por su padre, era ir a verla allí mismo...

Se acercó más y se arrodilló a su lado. Ella no se movió, al parecer estaba bastante dormida y él adoró la postura en la que ella estaba, con su cabeza apoyada sobre sus dos manos para dormir.

Besó su frente y ella abrió los ojos. Sonrió sin poder evitarlo y cuando cayó en cuenta, se incorporó de golpe y él tapó su boca con una mano para que no gritara del susto...

-       Soy yo, Feride...

-       Mahir...- dijo en voz bajísima ella.

-       No podía esperar a verte... necesito besarte, necesito tenerte en mis brazos...-dijo y la abrazó.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2020 ⏰

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