Capitulo 1: Te encontré

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La luz comenzaba a tocar el bosque, iluminando la oscuridad tan tradicional de mi actual hogar, me duele decir aquello. Siempre me gusto el bosque, pero de eso a pensar que algún día viviría aquí, ahh, en fin, será mejor que me levante y vaya por el desayuno. Retiro la sabana de mi cara y me pongo de pie, camino hasta mi ropa y me visto rápidamente. El frío es grande, sobre todo en esta época del año. Sin decir que estamos en el lado sur del bosque, ósea, mas frío.

Me pongo unos leggins negros, unas botas con chiporro dentro, un sweater gris, una chaqueta abrigadora y un gorro para no congelarme. Una vez lista tomo mis guantes y mi cesta, antes de salir volteo, percatándome de que todo estuviera bien. Regresare rápidamente, pero por si las dudad. Tomo un trozo de papel y un lápiz.

"Fui por el desayuno, vuelvo en unos minutos, no te asustes"

Dejo la nota y salgo, el aire frío me golpea la cara con fuerza, el frío se siente a esta hora de la mañana.
Camino a través de la nieve esparcida por el césped y la tierra, si tan solo no estuviera congelándome tal vez podría disfrutar de la vista. Cómo sea, me apresuro a adentrarme en el bosque para ir por la comida, lamentablemente, no puedo sembrarlo todo con este clima, así que debo ir por ciertas cosas fuera. Camino durante un rato hasta que llegó al río donde siempre voy por agua y algunas cosas más. Al llegar me agacho y lleno algunas botellas, para tener por algunos días. De la orilla del Río también sacó algunas hiervas, para mis pócimas. De los árboles sacó algunos frutos. Muchos no están maduros aún, pero puedo apresurarlo. Nos hacen falta siempre, así que llevare muchos, gracias a esto no tendré que salir en algunos días, o hasta que se acabe la comida otra vez, pero bueno, nadie dijo que cuidar de un bebe seria fácil, crecen muy rápido. Aun recuerdo esa noche, el fuego, los gritos, las lagrimas, no solo mía y de mi pequeño, sino de mi familia, mis seres queridos. Mi pueblo, consumido por el odio, esos niños, todo mi mundo y todo lo que conocí, en una noche, ya no estaban. Si, estoy consciente que jamás podre olvidar lo que paso, porque fue mi culpa. Fue mi maldita culpa, y ahora ya no hay nada que hacer.

Quito esos pensamientos de mi mente, pues, no me hace bien recordarlo. Sacudo mi cabeza y vuelvo a la realidad. Acomodo y guardo todo, se me ha ido el tiempo encima, no es seguro que permanezca tanto tiempo fuera de casa, Ed se preocupara, y ni hablar de los riesgos que corro estando aun aquí. Yo y mis pensamientos, una vez lista tomo mis cosas, dispuesta a irme, el frió aumenta, si es que eso es posible. Estoy por levantarme, pero el ruido de una rama quebrarse me alerta, ¿Será?...No, no lo creo. O eso espero.

Lentamente volteo mi cabeza, dirigiendo mi mirada a donde el ruido procede y entre los arbustos logro ver un par de ojos brillantes. Me alarmo, pues, no son humanos. Parecen...De...Un lobo...

Al ver que de los arbustos sale un lobo muy grande de color gris me asusto de inmediato, sé que no es el, pero nada me dice que no sea uno de sus lacayos que viene por mi. Extrañamente su mirada es tranquila, y no noto crueldad, aunque tampoco espero averiguar si la hay o no. Retrocedo al ver que se acerca a mi, parece embocado mirándome, y sus ojos no se apartan de los míos, algo hace que tampoco pueda quitarlos tan fácilmente de los suyos. Retrocedo nuevamente al notar que intenta acercarse a mi.

Esto parece entristecerle, pues, lloriquea sin dejar de mirarme y sus orejas bajan. Siento una punzada ante esto, y no tengo idea de porque.

Tomo mi cesta y doy la vuelta, comenzando a correr aprovechando que el lobo se ha despistado, pero no me dura por mucho, ya que escucho un aullido y posteriormente un sonido de pisadas, y están siguiéndome muy de cerca. Apresuro el paso, llegando a una parte del bosque que me es conocida, con algo de suerte, y mucha magia, podre despistarlo. Veo un conjunto de arboles que se cierran sobre ellos, sin mucho mas que hacer, decido meterme, con dificultad logro moverme y esconderme, mientras tanto. Veo como algo pasa velozmente, pero luego, retrocede, y comienza a olfatear el ambiente. Me esta buscando, oculto mi aroma, no voy a dejársela tan fácil. Pasan unos minutos hasta que se aleja, cuando ya no logro escuchar sus pisadas salgo, pero no me entretengo y continuo corriendo, a lo lejos, después de unos 20 minutos mas corriendo, logro ver mi hogar, con felicidad me aproximo, al fin, estoy a salvo.

Al dar el siguiente paso algo hace que caiga en la fría nieve, antes de poder darme la vuelta siento un gruñido que me hace estremecer.




"Al fin te encontré".-Abro los ojos con sorpresa al escuchar la voz del lobo. Esto no puede ser...





-¿C-Como es esto p-posible?...¿C-Como p-puedo escucharte?




"Te encontré..."-Susurro el ignorando mi pregunta. Yo lo miraba con miedo, viendo que parecía estar embobado mirandome con mi magia me lo quite de encima y corrí hasta que logre cruzar la barrera que nos protegía, esto ocasiono que todo lo que traía en la cesta se regara por el suelo, incluida yo. Me quede ah, mirándolo. El parecía estar confundido ya que no podía traspasar la barrera. -"¿Que eres?".-Lo ignore y tome mi cesta, dispuesta a irme.-"Espera..."-Grito el haciendo que me detuviera.-"¿Quien eres?".-Iba a contestar pero una voz me lo impidió.




-¡Mama!.-Voltee a ver y mi pequeño corría hacia mi, lanzándose a mis brazos, estaba asustado.




"¿¿Mama??"





















En la oscuridadWhere stories live. Discover now