11 Parte I

30 2 1
                                    

—Entonces... Estás jodido.

Remuevo con la cuchara plástica la gelatina sin azúcar que me han dado como merienda, no quiero hacer contacto visual con Jay porque sería darle la razón, sí, la tiene, pero no por eso debe saberlo.

La mañana del día anterior la pasé junto a Kate, ambos jugamos hasta que llegó la hora del almuerzo, pude descubrir que preferiría tener las mangas húmedas a las medias mojadas, poder acariciar todos los gatos de la calle de por vida a tener uno propio y no poder hacerlo, entre otras cosas que no hacían sino emocionarme. Pero todo terminó cuando luego de comer Kate dijo que su hermano vendría a acompañarla, así que me fui a mi habitación a reflexionar sobre el gran elefante rosa en la habitación. A decir verdad, no llegué a ninguna conclusión diferente a la de Jay, así que sí, estoy bastante jodido.

—Vale, quita esa cara de perro regañado —Eso me mirarlo directamente y fruncir el ceño, cosa que al parecer le hizo bastante gracia, porque esbozó una sonrisa—. No es tan malo como lo haces ver, ¿qué es lo peor que podría suceder?

—Oh no, ahora no tengo suficiente con ese asunto, sino que además acabas de estropear todo —Crucé mis brazos, mientras el abrió los ojos con impresión—. ¿Acaso no has aprendido nada de las películas? ¡Eso no se dice, a menos que quieras que algo mucho peor suceda!

—Está bien, está bien —dice Jay mientras levanta ambas palmas—. Considera que no he dicho nada. ¿Desdicho?

Lo último lo ha preguntando con un tono taaaaaan incómodo que no puedo aguantar más la sonrisa que tenía algún rato reprimiendo. Niego con la cabeza.

—Ya enserio, sí pueden suceder muchas cosas, y sí es malo por muchas razones —Entrecierro los ojos, retándolo a decir lo contrario, pero hace un gesto de cierre en su boca, tirando lejos una llave imaginaria—, quiero ser su amigo, quiero que ella pueda contar conmigo, y no me gustaría arruinarlo todo justo ahora, cuando está comenzando a abrirse conmigo, cosa que me costó un mundo, eh.

—Eso lo entiendo... Pero, ¿quién te asegura que todo se arruinaría? —pregunta, Jay nunca ha sido bueno para mantenerse en silencio, por eso nos llevamos tan bien.

—No la conozco lo suficiente, pero sé lo justo para notar que ella no necesita esto, ¿si? Justo ahora debo ser un amigo para ella, no un imbécil que confundió las cosas y tornó todo incómodo enamorándose de ella —Ruedo los ojos en un gesto obvio—. Sin contar que si eso sucede, ella me rechazaría. Y no quiero eso, ¿sabes? Un amor imposible es lo menos que deseo justo ahora, no soy masoquista.

El parece sopesarlo unos segundos, su mirada clavada en algún punto de la habitación, ida.

—Pero, ¿cómo sabes que es imposible? No, escucha primero y después dices lo que quieras, ¿vale? —No hago más que resoplar, asintiendo y preparándome mentalmente para la soberana estupidez que saldrá de su boca—. Tú mismo lo has dicho, no la conoces lo suficiente. ¿Por qué es imposible? Lo único que no puede resolverse es la muerte, y sí, la chica tiene cáncer, pero eso no significa que morirá pronto, está aquí por algo, ¿no? Las historias no siempre terminan mal, deja de ser un pesimista. Tienes razón en el hecho de que quizás no necesita esto, pero nada te asegura que no le termines gustando a ella también, no puedes saberlo, y no sería justo que te negaras a ti mismo la oportunidad por miedo. No te estoy diciendo que vayas y le digas que la amas, porque no lo haces, pero hay aveces toca arriesgarnos, Paxton, tomar decisiones que muchos cuestionarían para conseguir ser felices, nos hacer honor al hecho de llevar pelotas, hermano. No te niegues a ti mismo algo que podría hacerte bien.

Y puede que tenga razón, pero solo ha conseguido que mi mente se llene de preguntas, de dudas. Aclaro mi garganta, sintiéndola seca de pronto, porque Jay ha conseguido aplastar todos mis argumentos con sus palabras, pero no acabado con sus dudas. Lo observo atentamente, la sonrisa irónica que surca su rostro me hace pensar en que sería genial que él siguiera su propio consejo.

Enamorando a KateWhere stories live. Discover now