O4

39 8 0
                                    

-¡Nos vemos el domingo, no lo olvides!.-Se despidió Sasha antes de que arrancaran el auto.

Caminé por la acera hasta la puerta de la casa. Antes de que pudiese meter la llave para abrir, esta se abrió de golpe y me sobresalté al tener a mi tia Abrianna frente a mi.

Me miró con el ceño fruncido, las marcas de expresión en su frente y ojos eran demasiado visibles. Me encogí un poco ya que parecía estar molesta.

-¿Me puedes decir en donde estabas?.-Habló haciendo que confirmara lo dicho.

-Lo siento, olvidé avisarte que iría a hacer un trabajo.-Mentí solo un poco ya que no había hecho nada de eso, pero si había ido con aquellas intenciones.

Me observó por un instante analizándome, como si de esa manera pudiese leer mi mente y darse cuenta si mentía o no. Yo llegué a creer que lo lograría.

-¿A dónde más iría sino?.-Intenté defenderme.-Me conoces, no haría nada malo.

Asintió lentamente.

-America puede hacer que el alma más pura se vuelva pecadora, Virginia.-Señaló.

-Bueno, no lo logrará conmigo ¿Me dejarás entrar? Empieza a hacer frio aquí afuera.-Señalé.

Aún sin dejar de verme se hizo a un lado dejándome pasar.

-¿Quiénes eran esos con los que venías?

-Unos compañeros. Con ellos hice el trabajo.

-Que va.-¿Por qué se comportaba de esa manera? Tan poca fe tenía en mi.-Cuida lo que haces, Virginia. Te estaré vigilando y a la primera falta lo primero que haré será llamar a tu padre para que te lleve de regreso a Liverpool.

Si tan solo ella supiera que lo que más quería era regresar.

-Iré a dormirme. Hoy madrugué y estoy cansada-dije por último antes de comenzar a subir las escaleras.

No sabía que días odiaba más, si los que estaban entre semana, ya que eran los días que debía asistir a la universidad, o los fines de semana, que eran en los que me quedaba encerrada en mi cuerto porque no quería escuchar a mi tia Abrianna juzgán...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No sabía que días odiaba más, si los que estaban entre semana, ya que eran los días que debía asistir a la universidad, o los fines de semana, que eran en los que me quedaba encerrada en mi cuerto porque no quería escuchar a mi tia Abrianna juzgándome todo el tiempo.

Mis padres eran relativamente estrictos, pero la tia Abrianna, además de ser estrica, le gustaba hacer creer a los demás que cualquier cosa que hicieran estaba mal. Probablemente por esa razón sus hijos se habían ido de aquí en cuanto pudieron.

-Sasha...-La llamé al ver que empezaba a cabecear.

Se enderezó de inmediato completamente somnolienta.

-Lo siento, lo siento.-Pasó sus manos por sus ojos.-¿Qué me decías?

-Que siento que este párrafo iría bien en la introducción.-Señalé unos apartados que ella había hecho.

𝙹𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚊 𝚎́𝚕Where stories live. Discover now