𝚃𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢-𝚃𝚑𝚛𝚎𝚎

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023| UNDECIDED

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023| UNDECIDED

| o m n i s c i e n t e |

Olivia, pensativa, miraba una pared de ladrillo vacía en el loft que ahora compartía con Magnus.

— ¿Por qué no tienes tele?

Frunció el ceño sin apartar la vista de pared, Bane sonrió por la inocencia de la pelirroja.

—Cielo... ya sé que tengo mucho tiempo, pero no tengo interés en perderlo viendo esos aparatos.

— Ah... claro. — Carcajeó y mordió un regaliz, el brujo aclaró su garganta.

— Bueno, me marcho.

— ¿A dónde vas?

— He quedado con un Seelie, y vamos a hacer...

— ¡Hey! — Cortó Olivia ojiplática. —Tu vida sexual no tiene cabida en mi mente. —Señaló al brujo con su dedo índice. — Jamás.

— Vale, ¡tranquila! no te contaré los detalles...

Magnus soltó una ruidosa carcajada y besó la mejilla de la chica antes de chasquear sus dedos y escabullirse por la nube violeta.

Olivia bajó la mirada para continuar leyendo un libro de hechizos, intentando encontrar algo que ayudara a su madre a despertar, hasta que fue interrumpida por el sonido del timbre.

Se levantó, y al abrir la puerta se sorprendió al ver quién estaba tras ella.

— Hola... — saludó Alexander intentando ocultar su timidez. — Quería darte las gracias. No sé qué habría pasado con Isabelle si no hubieses devuelto la copa... La salvaste. — Fray le regaló una sonrisa. — Gracias.

— Todo mi mundo está patas arriba, pero, que nos demos las gracias... eso es demasiado.

Ambos rieron y Olivia le ofreció pasar al loft.

— ¿Has encontrado información del brujo que le lanzó el hechizo a Jocelyn? — Lightwood le preguntó al ver unos libros repartidos en la mesa del salón.

— Estoy investigando... Aún no tengo nada.

Olivia suspiró quitándose el lápiz que sostenía parte de su pelo en un semi-recogido y lo perfeccionó rápido haciéndose un moño.

— Puedo ayudarte. — Se ofreció. — Si quieres, claro.

— No hace falta, Alec. Magnus seguirá ayudándome cuando llegue de hacer un... recado. — La ojiverde ahogó una carcajada. — Además... ¡Hoy te casas! Deberías estar preparándote y esas cosas que se suelen hacer antes de una boda.

Alec asintió desviando la mirada para tener un punto fijado en nada en específico.

— No acabamos la conversación que tuvimos ayer... ya sabes, sobre tu boda.

— No hay nada de qué hablar. Voy a casarme. Tú y yo tenemos un concepto del matrimonio muy distinto; soy un Shadowhunter. Se trata de la familia, la tradición, el honor...

Olivia frunció el ceño.

— ¿Honor? ¿Es honorable vivir una mentira?

Él bufó tras escuchar la pregunta de la chica. No tenía ganas de empezar a pelear. — ¿A qué te refieres?

— ¿Qué pasa con el amor? Hasta los Shadowhunters se enamoran. — Olivia tomó la valentía de acercarse más a él. — Dime que estás enamorado de Lydia y pararé.

Alec quedó inmóvil, pensó en responder con un Sí y zanjar el tema pero dejó paso a su corazón y éste fue el que habló —: No lo sé. ¿Por qué insistes? Tú me... ¡Me confundes!

— Estar confuso es parte de ello... así es como descubres si verdaderamente sientes algo.

Una chispa se cruzó en la mente de Olivia, quien empezó a hablar caminando despacio en círculos rodeando al pelinegro —: ¿Te sientes alterado cada vez que la ves entrar? ¿Tu corazón se acelera cuando ella se acerca a ti? ¿Cuando te besa sientes un hormigueo en tus labios? — Finalizó el recorrido y volvió a colocarse frente a él. — Sé que sientes lo mismo que yo, Alec.

Él desvió la mirada unos segundos, pero volvió a fijarla en la ojiverde para no mostrar cualquier tipo de nerviosismo.

— No sabes lo que siento, así que olvídame.

Alexander tenía intención de marcharse. Anduvo hasta la puerta pero cerró los ojos fuertemente y tras un resoplido se giró y caminó hasta toparse de nuevo con la pelirroja.

— Esto es solo un juego para ti, ¿verdad?
Olivia frunció el ceño y giró, ya que se encontraba a espaldas de él. — Coqueteas, te ríes... pero al final del día, ¿qué has arriesgado?

Ella intentó hablar pero Alec no se lo permitió.

— Aunque sintiera algo por ti... ¿Debo dejar mi vida por ti? Podría perder a mi familia, mi trabajo, ¡todo! ¿Es que no lo entiendes?

Una lágrima rebelde se desplazó por la mejilla derecha de Olivia. De un rápido y brusco roce con su mano la eliminó por completo.

— Toma una decisión. No volveré a pedírtelo.

Alexander se marchó dando un portazo y Olivia se dejó caer de un resoplo al sillón. A los pocos minutos Magnus reapareció en el loft con cara de pocos amigos.

— Ni me preguntes—levantó su mano izquierda de forma dramática. — Ha sido un desastre. ¿Qué digo desastre? ¡Un caos, Olivia, una desgracia!

El brujo se masajeó la frente y levantó la mirada dirigiéndola a su amiga, la cual aún ni la había posado en él, ni si quiera escuchó lo que Bane le había contado con tanta algarabía.

— Vaya... pues tú sí que tienes mala cara. Ardilla... ¿qué es lo que te ronda por esa perspicaz mente?

Magnus se sentó junto a ella y agarró su mano.

— Alec ha venido aquí... A darme las gracias por entregarle la maldita copa a su prometida y a decirme que me aleje de él.

— Ese estúpido, necio y buenorro Néfilim... — Balbuceó Bane al cuello de su camisa. — Y qué,  ¿Vas a quedarte ahí sentada mientras otra se lleva a tu hombre? Me esperaba más de ti, Olivia.

— ¿A qué te refieres?

— Pensaba que eras más guerrera. Cuando un amor como el que sientes por ese Shadowhunter llega a ti deberás hacer todo lo que esté en tu mano y luchar por él, no quedarte sentada comiendo guarrerías y pensando en qué pasaría si hubieras ido a esa estúpida boda. Aún estás a tiempo de salvar tu futuro con él.

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⏰ Last updated: Apr 05, 2021 ⏰

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𝐶𝐿𝑂𝑆𝐸| 𝑨𝒍𝒆𝒄 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕𝒘𝒐𝒐𝒅Where stories live. Discover now