AU. Izuku nunca reconoció el color característico del amor, su vida era un matiz de grises, pero nunca rojo. Ese color que todo el mundo asociaba al amor y la pasión nunca sería visible para él.
O eso pensó hasta que se encontró con los vibrantes ca...
Cuatro días después quería saber ¿Cómo es que había vivido sin ver ese color?
Tan bello y apasionado.
Se la vivía mirando los ojos de su nuevo amigo —entre comillas— y no lograba reconocerlo, en más de una ocasión Katsuki le pidió —exigió— dejar de hacer eso y verlo como una persona normal, pero bueno, ahora Izuku estaba demasiado interesado en volver a ver ese tono.
El rojo de Kirishima.
—¿De qué color son tus ojos? —Cuestionó mirándolo con insistencia el rubio rodó los ojos para Izuku fue divertido porque para él el rojo era gris y se perdía en el blanco de los ojos del rubio, casi pareció un zombie.
—Rojos. Ya lo sabes estúpido, Deku —Respondió recogiendo sus cosas, se apresuraba porque su torpe y lindo novio le dijo que quería verlo y no habían podido salir debido a que el peliverde se había pegado a él como una mosca.
—Eso ya lo sé...
—Entonces, ¿Por qué preguntas lo que ya sabes? —Cansado, así fue la voz de Katsuki cepillando su cabello con la mano dominante.
—Sé que es rojo, pero no que tipo de rojo. He escuchado que existen tipos de rojo —Explicó como si fuera el tema más fascinante del universo, aunque para Katsuki todos los rojos eran iguales, el verdoso parecía llevarlo más allá.
—¿No ibas a dejarlo? —Preguntó el cenizo, Izuku se avergonzó.
—Es que lo vi. —Confesó con emoción escapando de sus labios—. Vi cómo era el rojo y quiero volver a verlo, pero no puedo, no he podido. —Cada palabra perdía el ánimo. Bakugou rodó los ojos suspirando.
No podía creer lo que iba a decir.
—Escucha, mi novio toma unas estúpidas clases de arte, quizás él sepa cómo explicarte los tipos de rojos que existen. —Comentó cruzándose de brazos sintiéndose un imbécil por autosabotearse. A Midoriya le brillaron los ojos.
—¡¿Puedo?! —Chilló saltando de su lugar hasta dejar caer sus manos sobre los hombros del cenizo este se sorprendió por el cambio radical de ánimo.
—Sí, mierda. Voy a verlo hoy, iré a recogerlo cuando terminen sus clases extras. —Aclaró, Izuku calló.
—Oh, no quiero molestarlos e interrumpir su cita —A veces se golpeaba por no pensar en sus acciones porque ahora la cara del rubio estaba cubierta por un gris intenso.
—¡¿Cuál cita?! ¡No es una jodida cita, nerd de mierda! —La respiración de rubio estaba agitada por la descarga de emociones de hace unos segundos, Izuku rió.
—Lo siento —Cubrió su risa con la palma de su mano—, bueno, no quiero molestar en tu no cita. —Sonrió y Katsuki chasqueó la lengua.
—No te preocupes, él no va a enojarse —Quería creer eso realmente, esperaba que su novio no se molestara— solo vamos a recogerlo, preguntas lo que necesites y te largas. —Izuku asintió ante las instrucciones como un buen cachorro.
—Gracias... —Susurró y algo cruzó por su mente, se lo pensó brevemente y mirando al cenizo dijo—: Kacchan.
Bakugou se descolocó por el sobrenombre algo en su pecho se sintió cálido, el fugaz recuerdo de su par de amigos le revolvió los sentimientos, pero no lo hizo evidente.
—Solo vamos, Deku. —Midoriya lo siguió con una sonrisa al ver un leve tono gris claro en las mejillas del rubio.
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