Un indicio, una verdad y muchas lágrimas

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Antes que nada quiero darles las gracias a todas por sus mensajes de petición para la continuación de esta historia, no crean que la había olvidado, es solo que se atravesaron varias cosas y no le había dedicado el tiempo que se merece.

La verdad esperaba publicar hasta el fin de semana, pero hoy vi un mensaje que me ha llegado al corazón y considero que ustedes lectoras se merecen todo mi respeto por el tiempo que me regalan al leer y votar, así que aquí estoy, compartiendo con ustedes un episodio más.

No me comprometo a actualizar cada semana porque no me daría tiempo, pero si hacerlo más constante, ya voy agarrando mi ritmo anterior y organizando mis nuevas responsabilidades.

Tambien les hago saber que todos los estrenos serán en "la morada mística" (página de Facebook) les invito muy cordialmente a pertenecer a esta morada, lo único que tienen que hacer es responder unas sencillas preguntas y aceptar el reglamento, si no lo saben pueden ponerse en contacto conmigo o bien poner el porque desean unirse.

Sin más preámbulo les dejo con la lectura. Espero esta sea de su agrado.



Tal vez, algún día

Capítulo 7

Un indicio, una verdad y muchas lágrimas

En el capítulo anterior...

Candy lo observó, Albert tenía el cabello revuelto, la camisa arrugada, él siempre tan pulcro, era evidente que se había peleado con alguien y ese alguien era Terry.

– No me mientas Berth, tu no – solicitó la rubia mientras tomaba el rostro del hombre- por favor, dime qué ha pasado.

– No hablamos mucho, pero vino con unas ideas que...

– ¿En dónde está?

– En el jardín, con Harriet, ella se le ha colgado y no lo quiere dejar, me sorprende su actitud ante un desconocido- respondió el rubio.

Candy cerró los ojos, comenzó sus ejercicios de respiración que le funcionaban, uno, dos, tres y hasta el diez, los abrió de nuevo, miró hacia su ventana y con voz suave pero firme habló...

– Albert...debo decirte algo.

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Candy miró hacia la ventana, el fresco viento del otoño entrando por ella la transportó hacia otro lugar, unos años atrás...

Hogar de Pony abril de 1919

– ¡Te ves muy linda hija! –  exclamó la señorita Pony al recibir a Candy que llegaba como cada mes llevando víveres al hogar

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– ¡Te ves muy linda hija! – exclamó la señorita Pony al recibir a Candy que llegaba como cada mes llevando víveres al hogar.

– Estoy igual que siempre señorita pony – respondió avergonzada.

– No Candy, te ves diferente – dijo la hermana María al tiempo que le tomaba el rostro para mirarla mejor.

La rubia desvío la vista, ellas tenían razón, desde hacía tres semanas que tuvo su encuentro con Terry algo cambió en ella, el color volvió a sus mejillas, sonreía más seguido a pesar de todo y si bien todavía tenía momentos de melancolía ahora se sentía con fuerza, algo en su interior estaba cambiando y la llenaba de energía.

Tal vez, algún díaWhere stories live. Discover now