Aprendiz

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 Robin estaba cansado, le dolía las costillas y no soportaría otro golpe, mientras que el otro seguía igual de fresco desde que comenzaron a pelear. Lanzó una patada al aire, pero este lo tomó de los tobillos y lo arrojó con fuerza al suelo, haciendo que se quedara ahí para descansar. Ya no podía seguir. 

_ Lento. _ dijo Slade, llevando sus manos a la espalda, mientras caminaba hacia Robin. _ ¿Cuántas veces tengo que decirte, que debes predecir los movimientos de tu oponente antes de atacar?

_ ¿Y cuantas veces debo decirte que no me regenero? _ dijo sentándose en el suelo. _ Sí me rompes un brazo o las costillas, no podré seguir entrenando, ¿te mataría ser un poco menos tú? _ Slade sonrió. _ ¿Qué?

_ ¿No puedes con el entrenamiento?

_ ¡Claro que puedo!, pero... se supone que estoy aprendiendo, no soy tu víctima. Deberías mostrarme como, y luego probarme en el campo de batalla. _ Slade suspiró cansado y le hizo seña con la mano para que se pusiera de pie. El chico obedeció. _ Ponte en guardia. _ Robin le hizo caso. _ Escucha, sé que te rehusas a atacar por traición. Y aunque no lo quieras hacer, debes saber que otros lo harán, y deberás estar alerta. _ el chico asintió. Slade le enseñó unos cuantos movimientos de defensa, y unos pocos de ataque. Él fue menos agresivo, y terminó su lección de ese día. Entraron al comedor, para almorzar. Se sentaron en una mesa, con sus respectivos platos de comida, mientras varios mostraban sus respetos al mercenario de lejos, o al pasar a su lado. Slade solo comía normalmente, mientras Robin no lo podía creer. El mayor sí se sabía dar a respetar, incluso, hasta con esos criminales. _ Te has vuelto muy popular. _ el peliblanco se hundió de hombros, y continuó comiendo. _ Supongo que Duncan no solo le arruinaba la vida a los nuevos, también la de todos aquí. 

_ Sí, eso me dijeron. Pero de dónde está ahora, no fastidiara a nadie más. _ dijo terminando de comer. _ Tengo un plan para salir de aquí. Pero obtener las cosas que necesito para ello, podría tardar meses sin ayuda. 

_ Pues busquemos esa ayuda.

_ No podemos confiar en cualquiera. Debemos ser muy cuidadosos de con quien hablamos, y que cosa le decimos. El plan está diseñado solo para que nosotros dos escapemos, ¿entiendes?, nadie más va a salir. 

_ Lo entiendo. ¿Qué quieres que haga? _ Slade le dijo las cosas que necesitaría, entre las cuales estaba, esposas, un destornillador, un espejo, la tarjeta de acceso de uno de los principales  guardias. Así como los horarios exactos de cambio de guardia, y los nombres de los que están en la planta baja, y conocimientos básicos sobre ellos como; su nombre, valor, ética, familia. Y su traje.  Decidieron en ese tiempo que haría cada uno, y luego de pasada la hora del almuerzo, se separaron, Slade fue a hacer ejercicio, y Robin a jugar baloncesto, hasta que éste terminó. 

_ Buen juego, _ dijo uno de los presos, alto, delgado, ojos azules y bastante animado, contra el que siempre jugaba el chico el partido. _ eres muy rápido, nunca puedo vencerte. _ dijo sentándose al lado del chico, en las gradas pequeñas junto a la cancha, donde solo estaban ellos dos. 

_ Buen juego, Xavier. _ dijo secando el sudor de su frente. _ Siempre tan sonriente, ¿cual es tu secreto?

_ Jajaja, y tú siempre serio. Bueno..., he pasado tantos años en esta prisión, que se ha vuelto mi hogar.

_ Yo apenas llego y ya me quiero ir, ni siquiera tengo un espejo en el que peinarme. _ dijo haciendo que el otro comenzara pensar, y luego chasqueó los dedos.

_ Puedo conseguirte uno si quieres. 

_ Ah, ¿De verdad?

_ Sí, conozco a alguien aquí a dentro. Pero no será gratis. 

¿Como sucedió?  (Slade x Robin)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora