Capítulo Veintitrés

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Capítulo veintitrés.

Kurt.


18 de noviembre, 2015.

Siempre he sabido que cada persona lleva su proceso de duelo a su manera. Vi a Elise retraerse en sí misma, alejar a la persona que ama por sentir que no se merecía ser feliz por la culpa de tener las experiencias que su hermana no podrá vivir. En el caso de April, ella tiene momentos en los que llora, pero al final termina sonriendo y hablando de algún recuerdo de su abuela. Siento que ella es demasiado fuerte y que de alguna manera en la que admiro, está en paz con su dolor porque sabe que su abuela descansa.

Hay días en los que está callada y termina melancólica hablando sobre cuánto la extraña, pero en general, se ha mantenido de pie, sonriendo a los niños y agradeciendo el hecho de haber tenido a una abuela espectacular.

Le doy un rápido vistazo antes de volver la vista a la calles. Hoy le presentaré a mi amiga Elise y espero ésta última pueda ver que pese al dolor, no es sano enfrascarse en ello, también espero que se lleven bien. Es algo que estoy deseando porque a pesar de que Elise y yo no nos vemos siempre, además de Romeo, es mi amiga más cercana y no, no lo digo por todo el sexo que tuvimos en el pasado, lo digo por la manera en la que siempre nos hemos apoyado y estado el uno para el otro.

Cuando llego a la casa de Elise, me estaciono sin mucha ceremonia y me giro hacia April, sonriéndole.

—Llegamos, corazón.

—Eso veo —Me da una pequeña sonrisa—. ¿Qué pasa si la odio?

Entrecierro los ojos y decido usar su táctica que siempre emplea en las peleas de los mellizos:

—Si la odias, lloraré.

Eso la tiene riendo, sonrío contento con ese dulce sonido. Nos quitamos los cinturones de seguridad y bajamos del auto. De inmediato tomo su mano y entrelazo nuestros dedos. No pierdo tiempo en caminar hacia la casa de mi amiga y tras tocar el timbre, no esperamos mucho porque sin una pizca de maquillaje y con ropa deportiva, Elise abre la puerta.

Ella me da una pequeña sonrisa y luego no pierde el tiempo en detallar a April, mi novia hace lo mismo.

—Eres mucho más bonita de lo que esperaba —dice Elise con descaro— y no pareciera que tuviste a dos niños. Mis respetos.

—También es un gusto conocerte, Elise —April extiende la mano—. Eres más despampanante de lo esperado y desconocía que tuvieses pecas.

Elise hace una mueca triste cómo si recordara algo, pero luego se recompone y estrecha la mano de April. Nos hace pasar y nos guía hacia la sala y una vez estamos sentados en los sofás, me sorprende con unas tazas de té y galletas, deduzco que nada de esto lo hizo ella.

Cuando pruebo ambas cosas confirmo que esto definitivamente no fue cocinado por ella.

Hay unos segundos de silencio en donde todos nos vemos sin saber cómo entablar alguna conversación, es un poco incómodo hasta que April le da una sonrisa de empatía a Elise.

—Lamento lo sucedido a tu hermana, recientemente perdí a mi abuela y aunque todos sufrimos y lidiamos con el dolor de manera diferente, sé cuánto se extraña.

—Me gusta pensar que Hope está en un lugar mejor. Kurt me dijo que eras fuerte, pero no imaginé que tuvieras tanta fortaleza en ti —dice Elise—. Yo todavía recojo con manos temblorosas mis pedazos rotos luego de lo que ha sido una racha horrible.

—He tenido a mis amigos conmigo y a Kurt —Me sonríe antes de volver la atención a Elise—. Ser fuerte está bien, pero aceptar el apoyo de las personas que nos aman hace todo más llevadero.

Enloqueciendo a Kurt (BG.5 libro #4.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora