Who

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< 3:00 a.m. >


“Centro de ayuda Sunrise,
mi nombre es Brian May ¿En qué le
puedo ayudar?”

Enserio, intento dar la mejor versión
de mi pero la vida siempre se encarga
de demostrar mi miseria.
Es frustante”


“Lo comprendo, todos hemos
pasado por eso y...”

No, usted no lo entiende. Mi vida siempre ha sido una mierda y lo único que quiero es terminar con esto
de una vez por todas, pero ni para
eso sirvo"

“Señor Taylor, debe respirar
hondo e intentar...”

“¿Sabe qué? Creo que fue un error
llamar, perdón por hacerle perder su
tiempo”

“¡No, espere!”

Llamada finalizada.

[...]

— Ha sido una jornada pesada, ¿no lo crees Brian? — dijo John dando una palmada en el hombro de su amigo

— Si, lo ha sido demasiado — suspiró

El turno de trabajo había terminado. Los dos amigos se dirigían a la salida del lugar mientras observaban el amanecer que para las demás personas indicaba un día nuevo por comenzar, pero para ellos, señalaba poder descansar para poder retomar su trabajo por la noche.

Para Brian, el trabajar en ese lugar no era un sacrificio, al él siempre le había gustado ayudar a los demás desde muy pequeño, en su escuela siempre intentaba ayudar a sus compañeros cuando estaban tristes, hacia todo lo posible para poder verlos sonreír por lo menos una vez; fue por eso que estudió psicología después de graduarse de astrofísica.

Conoció a John Deacon mientras estaba en la universidad, al terminar, consiguieron un trabajo en el mismo lugar y eso los hacía sentir tranquilos. Se conocían el uno al otro  perfectamente, tanto que se convirtieron casi inseparables. Al igual que Brian, John siempre fue alguien con mucha empatía hacia los demás. Cuando su padre murió su dolor fue muy inmenso, tanto que se prometió a sí mismo ayudar a alguien que pasara por lo mismo que él.

El dúo se despidió con un abrazo y se fueron hacia diferentes rumbos con la seguridad de verse nuevamente por la noche.

Brian, como todos los días cuando finalizaba su turno de trabajo, se dirigía a la cafetería del centro de la ciudad, solo tenía que caminar unas cuantas cuadras. Iba distraído cuando sintió que había chocado con alguien al entrar al establecimiento.

— Oh perdón, no sabe cómo lo siento — dijo angustiado al ver que la otra persona había derramado su café encima por culpa de él

— No se preocupe — dijo tratando de limpiar su abrigo con una sonrisa — Me suele pasar seguido

Al chico de ojos hazel le pareció raro que la persona reaccionara de esa manera, ya que comúnmente las personas se ponen furiosas e incluso groseras.

— Permítame comprarle su bebida, en verdad estoy muy apenado — dijo el ruloso brindándole una sonrisa.

Éste dejó de limpiarse y miró por primera vez a Brian, quien pudo darse cuenta de los ojos azules del otro chico. Eran simplemente hermosos.

— Está bien, le aceptó el café — dijo aún manteniendo aquella sonrisa

Se dirigieron al mostrador y pidieron lo que iban a consumir, una vez que se los entregaron, se sentaron a un lado del gran ventanal donde podían ver a las personas dirigiéndose a sus trabajos.

— Y dígame, ¿Cómo le puedo ayudar con aquel desastre? — dijo señalando el abrigo

— Descuide, tengo un repuesto en el auto — dijo restándole importancia

Brian solo asintió y siguieron tomando sus bebidas en silencio, minutos después, el ojiazul se levantó.

— Bueno, creo que es hora de irme, gracias por el café... — dijo alargando la “e” intentando saber el nombre del ruloso

— Soy Brian

— ¡Brian! Gracias, estuvo delicioso — dijo dejando dinero en la mesa y comenzando a caminar hacia la salida

— ¡Hey, espere! ¿No me dirá su nombre? —dijo antes de que éste se alejara más

— Soy Roger — dijo para finalmente salir

Brian sólo se quedó observando a través del gran ventanal, con la esperanza de volver a verlo algún otro día.




3:00 ᴀ.ᴍ || ᴍᴀʏʟᴏʀWhere stories live. Discover now