Kimetsu no Yaiba: La flor de la Felicidad

第4章

Soy pésima en llevarme bien con Kanao.

No es que no me agrade, es solo que no soy muy buena llevándome bien con ella. De todos modos ella nunca me ofendió y tampoco ningún conflicto conmigo.

Para dejarlo más fácil, Tsuruyi Kanao era una niña que parecía una marioneta.

Incluso si tu fueras el que iniciara la conversación, ella nunca te responderá. Ella siempre ha tenido una sonrisa vacía consigo y no puede tomar decisiones por si misma. Sus decisiones solo pueden ser tomadas cuando lanza una moneda.

Viendo como era Kanao, solo hacia ponerme ansiosa a mí misma puesto que tenia una personalidad impaciente, y a veces llegaba hasta hartarme de ella.

A pesar de ser yo la mayor, el puesto de Kanao esta más elevado que el mío. Ella es talentosa en lo que a cazar demonios se refiere es por ello que fue escogida para ser una "Tsukugo", alguien que heredara las habilidades de un Pilar a temprana edad.

Por otro lado, yo soy solo una basura humana que tuvo la fortuna suficiente de sobrevivir a la Selección Final. De ahí no pude ganar ninguna experiencia en combate después debido a que estaba muy aterrada. Pude quedarme en la Finca Mariposa gracias a benevolencia de Shinobu y ayudar a cuidar de los miembros heridos de los cazadores y llevarlos a una rehabilitación física a aquellos que se estaban recuperando.

¿Acaso había valor alguno en un miembro del escuadrón que no podía matar demonios?

Por supuesto que no.

Solo soy una carga para los Cazadores de Demonios.

Tal vez esa era la razón, por la que entraba en pánico especialmente cuando me encontraba con Kanao. Cuando descubrí que era debido a mis sentimientos de inferioridad, no pude tolerarme a mi misma por inútil que yo era.

I empece a odiarme a mi misma mas y mas.

Cuando, alguien me dijo...

"Tu ya eres parte de mi porque tu me ayudaste, Aoi. Llevare a la batalla tus emociones junto a mi."

Esa persona dijo que una basura como yo era parte de él y que llevaría esos sentimientos míos que no podía llevar yo al campo de batalla.

Cuando el estuvo diciendo aquellas palabras, él no rostro ningún signo de alardear o de duda incluso había mostrado una sonrisa como el sol en ese momento.

Así que decidí que quería trabajar duro y dar con todo lo que puedo ofrecer.

(Sin embargo...)

Cuando se me ordeno a seguir al Pilar del Sonido a una misión, estuve temblando sin control. Pensando en el terror que sentí al dar la cara a un demonio, Ni siquiera pude proteger a Naho.

"¡Kanao! ¡Kanao!"

Repetí su nombre una y otra vez como una tonta.

Y Kanao de verdad agarro de mi mano