✒ Especial

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40 años después...

Un chico de castaño corría sin rumbo alguno, no importaba cuántos kilómetros avanzaba, su mente tenía como propósito correr hasta perder de vista a los brabucones de su escuela

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Un chico de castaño corría sin rumbo alguno, no importaba cuántos kilómetros avanzaba, su mente tenía como propósito correr hasta perder de vista a los brabucones de su escuela.

Para su suerte logró escapar y sentarse bajo un árbol y respirar tranquilamente, al ver exactamente donde se encontraba abrió los ojos de sobre manera.

— Deben estar jodiendome

Se encontraba casi cerca de la playa y se preguntó si era una especie de velocidad o quizá descendiente del mismo flash, jamás había corrido tanto en toda su vida. Claro porque la apreciaba.

Se levantó y caminó una cuadra hasta llegar al muro y sentarse en ella para ver cómo el sol se reflejaba en el mar, había pocas personas pero escuchar el sonido de la playa era música para sus oídos.

— Uh...disculpa ¿No importa si me siento a su lado, verdad? — preguntó un chico a su lado.

Al voltear y conectar su mirada con aquel joven apuesto sintió como su corazón bombardeó hasta querer salirse, una magnífica sensación de calidez invadió sus sentidos dejándolo completamente perplejo ante lo que acababa de sentir.

— C-claro — habló nervioso.

— Gracias

El chico pelinegro apenas se sentó sacó un cuadernillo de su mochila y con ello lápices para empezar a trazar líneas, curvas e ilustraciones ante lo que veía.

— Disculpa ¿Alguna vez nos hemos visto? — preguntó el pelinegro mientras tenía fijo sus ojos en su cuadernillo.

— No, que yo sepa — dijo el rubio.

— Siento que lo vi en alguna parte y su rostro se me hace demasiado familiar — comentó el pelinegro con el corazón acelerado.

— Seguramente nos habremos conocido en nuestra anterior vida — explicó.

— Podría ser posible — volteó y sus ojos captaron el hermoso perfil del rubio — soy Jeon Jungkook, un gusto — extendió su mano.

— Park Jimin — aceptó el gesto.

Ambos sonrieron sin saber que pronto retomarían una relación más adelante.

— Así que te gusta dibujar — dijo Jimin fijando su vista en el cuadernillo del mayor.

— Desde pequeño siempre amé hacerlo, usualmente vengo acá para inspirarme — Jeon miró los ojos avellanas del rubio y sonrió enternecido por su belleza — y encontré algo mejor

— ¿Eh?

— Nada — nervioso miró al mar — ¿Nos encontraremos nuevamente? — preguntó.

El viento pasó revolviendo sus cabellos y Jimin mordió su labio inferior para no soltar alguna estupidez pero la tentación ganó.

Ghostly love ✧ Kookmin Onde histórias criam vida. Descubra agora