CAPÍTULO 63: La carta de C.1

Start from the beginning
                                    

___: No es de ningún admirador secreto.
Lucy: Ya claro.

Seguimos comiendo y hablando de cosas sin importancia, hasta que saca un tema al cual le presto toda mi atención.

Lucy: ¿Sabes? Tu madre pedía exactamente la misma comida que pides tú, incluso se sentaba en el mismo sitio que te sientas. Cuando te miro parece que estoy viendo a tu madre cuando era niña, sois idénticas.
___: ¿Mi madre se sentaba aquí?
Lucy: Claro. Este restaurante fue de mis padres, yo tenía 9 años cuando conocí a tu madre. Ella llegó, se sentó donde tú estás y yo le tomé la orden. Ella fue mi primera clienta. Tu madre siempre venía, se sentaba en ese sitio y pedía lo mismo y yo siempre fui su camarera, y fue así como nos hicimos amigas. Desde los 9 años éramos inseparables, éramos como uña y carne, incluso a los 16 años tu madre empezó a trabajar conmigo aquí. Lo más triste de todo es que aquí, donde se conserva buenos recuerdos, también conservo el peor de todos. Fue aquí donde tus padres se conocieron.

Y es así como se arruina mi restaurante favorito.

Lucy: Teníamos 17 años cuando tu padre entró por esa puerta junto a sus dos amigos y tu madre fue su camarera. Desde el minuto 1 sabía que aquel chico no traía nada bien, créeme que avisé a tu madre reiteradas veces, pero ella ya estaba enamorada de él, y ya saben lo que dicen... el amor es ciego. Por lo que yo sabía es que él y sus dos amigos eran lo peor de la reserva, eran mujeriegos, fanfarrones, prepotentes, chulos... nada bueno tenían. Tu madre era buena, era una bella persona, amable, bondadosa, graciosa, valiente, cariñosa... y sobre todo inteligente, ella aunque estuviese enamorada de él sabía el riesgo que podría causarle ese chico, y hablo de romperle el corazón, lo del lado psicópata de tu padre lo obtuvo más adelante. Tu madre no se fiaba mucho de él, pero mágicamente tu padre cambió su actitud, no se si lo hizo porque en verdad estaba enamorado de ella o para engañarla y jugar con ella, pero en verdad cambió bastante ya casi ni lo reconocías. Tu padre le pidió salir a tu madre y esta al ver su cambio de actitud a mejor aceptó aunque yo le dijese que las personas nunca cambian y que él era mala persona, y años más tarde apareciste tú. Toda la gente hubiese pensado que eras adoptada dado que tus padres tienen el típico tono de piel bronceado de la reserva y tú eres más blanca que una hoja de papel, ¡joder incluso yo lo pensé sino hubiese ido con tu madre al parto y te hubiese visto salir de ella! Yo apoyé a tu madre en todo momento, incluso cuando más se derrumbaba. Cuando aquel día me enteré de la noticia... no tengo palabras. Emma White siempre fue y será mi mejor amiga.
___: ¿Por qué me cuentas esto?
Lucy: Te conozco demasiado como para saber que en tu loca cabecita a llegado a pensar en que eres igual a tu padre por el tema de mandar a la niña esa al hospital y eso. Y debo decirte que te equivocas, tú eres igual que tu madre. Sobre todo eres valiente y eres inteligente, cualidades que sacaste de ella.
___: Gracias Lucy.
Lucy: No hay de que.

Al terminar de comer, pagué mi comida aunque Lucy insistió en que no debía hacerlo, pero terminé ganando yo.
Me fui a mi casa para limpiar o ver la TV para no aburrirme, y cuando ya iba a entrar a mi casa veo que el señor Harrison está sacando casitas con una carretilla, me extraña que ese rarito saque sus casitas, así que voy a ir a preguntarle.

___: ¿Por qué está sacando sus casitas?
Sr. Harrison: ¡A hola niña! Estoy sacando mis casitas porque las voy a donar.
___: ¿A donar? Creía que las coleccionaba.
Sr. Harrison: Y así era, pero he perdido la afición por esto y por ese motivo las voy a donar. Creo que así se hará un buen uso de ellas. ¿Quieres una? Escoge la que quieras.
___: No gracias, lo mío no son las casas de muñecas.

El señor Harrison asiente entendiendo y sigue sacando con la carretilla sus siniestras casas, y yo me vuelvo a mi casa por si acaso. Aunque estoy pensando que es un buen hombre y al final lo estoy juzgando mal.
Cuando entro a mi casa me tumbo en el sofá y pongo la TV, esto de estar expulsada es una mierda, me aburro mucho, por lo menos allí podía molestar a los maestros. Me tiro toda la mañana haciendo el vago y viendo la TV hasta que ya era hora de comer, no voy a ir a lo de Sam porque seguramente me esperará con su puto interrogatorio, se que no los puedo evitar para toda la vida, pero al menos lo intentaré por unos días, y paso de volver a caminar al restaurante de Lucy, asique mejor pido por teléfono y que me lo traigan a mi casa. Una hora después escucho que alguien toca en mi puerta y al abrir me encuentro con el repartidor al que más molesto.

La NiñaWhere stories live. Discover now