Una vez dentro, respire profundamente. ¿Había sido dura con el? Nah, creanme cuando les digo que iba a darle una fuerte bofetada. Respire de nuevo intentando calmarme. Sonrei y camine hasta la barra. El barman que habia, esta bastante bueno.
Sin pensármelo dos veces me senté en una de las sillas y le sonrei el me guiño un ojo. Vaya todos caen -Menos el- se burlo mi subconciente. bufé , el barman termino de darle una bebida a un chico y se acerco a mi.
Perfecto, encontré mi presa. Pensé.
-¿Se te ofrece algo nena?. -Idiota. Sonreí coquetamente mientras inclinaba un poco mas sobre la barra, dejando a la vista mi escote. Él, en vez de mirarme a los ojos fue directamente a mis pechos.
Idiota. Volví a insultarlo mentalmente. La verdad debía de dejar de insultar al chico.
-Ponme lo que quieras. - Le guiñe un ojo y volví a sentarme correctamente en el taburete. El desapareció un rato y volvió con un bebida rosa que me coloco justo en frente. Sin pensarlo, tome la copa y la lleve a mis labios.
Salte la barra, hasta quedar justo al otro lado. Lo agarre por el cuello de su camisa y lo acerque a mi.
-Estoy tan caliente.- susurré cerca de sus labios. El me tomo de la mano y prácticamente me arrastro hasta una sala, no sabia donde estaba pero me daba igual. Llegamos a una especie de habitación improvisada.
Bese su cuello y fui dejando pequeñas marcas. Esto tenia que ser rapido , no me iba a quedar toda la noche aquí. Quite su camiseta, baje sus pantalones a la vez que bajaba su boxer. Quede impactada por el tamaño de su miembro.
Además de idiota la tenia pequeña. Confirmado, hoy la suerte no estaba conmigo. Bufé y salí de aquel cuarto dejándolo con el calentón.
* * *
Estaba tan aburrida que decidí volver a casa. Salí de aquel lugar y cogí un taxi. Le di mi dirección y me recoste en el asiento. Suspire, hoy nada había salido como lo había planeado.
En 15 minutos ya estaba en mi casa. Le di el dinero al taxista y abrí la puerta de mi casa. Todo estaba en silencio, al parecer ya todos estaban dormidos. Subí las escaleras desganada.
Abrí silenciosamente la puerta de mi habitacion. Me quite los tacones y los tire en algun sitio, me quite mi vestido y me coloque mi pijama. Me tire en la cama. Vaya dia, estaba empezando a acostumbrarme a que nada saliera como yo quería.
Una lágrima se escapo, al recordar lo que me había dicho Niall. Rápidamente la quite. Enserio le gustaba, aunque fuera mi primo. Rápidamente quite esa lagrima con brusquedad.
Mis ojos comenzaron a cerrarse por el sueño, mi móvil comenzó a sonar haciéndome brincar del susto. A la gente le dio por joderme hoy. Busque mi móvil en todas partes hasta que lo encontré debajo de las almohadas.
Conteste sin mirar quien era.
*¿Si?* Conteste desganada.
**¿Donde coño estas?** El encantador de mi primo vaya.
*¿Y a ti que mierda te importa?*
**Claro que me importa, por si no te haz dado cuenta estas a cargo mio y no te puedes desaparecer así como así.**
*Pudrete* Fue lo que dije antes de colgarle. Volví a tirarme en mi cama. Sentí como el sueño me vencía poco a poco.
* * *
- Sky, cariño- Hice caso omiso a los llamados de mama y volví a meterme entre las sabanas.- Skylar, levantate ahora mismo.- Dijo con voz autoritaria.
Gruñi y me levante de la cama con pereza. Bosteze y abrí la puerta, allí estaba parada mi querida madre.
-¿Contenta?- Gruñi y baje las escaleras.
Fui a la cocina y saque un plato, leche y mis cereales favoritos. Lleve todo al salón y lo puse en la mesita, Prendí la televisión y servi mis cereales. Al terminar de desayunar llame a Anne.
Uno, dos, tres pitidos, cuatro. Nada. Buzon de voz. Me recoste en el sillón pensando que iba a hacer esta tarde sin Anne. De repente una loca idea paso por mi mente, pero antes necesitaba ayuda.
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