Quién duda de la intrínseca verdad
Ella, incuestionable brújula inmortal
Señal del medio en el que caminar,
Inexactitud imposible de hallar.
Frenética estampida, que el caos
Encuentra la forma inmediata,
En la destreza de un anciano postrado
Ante la presencia de la causa profana.
Tales causas aparentemente nobles...
Disfrazan a miles de erráticas promesas,
Escondidas aún en extraño cofre,
Del cual apenas un atisbo de luz entrega.
He aquí, vestido de pesada pureza
La que toda la humanidad inventa
Yo sólo soy quien doy cara a esta inercia,
De la que me he servido sin vergüenza.
Aquello que queréis escuchar
Mis labios atesoran, mi sutil lengua
Conseguirá amainar vuestra lucha,
Y en fieles rebaños conseguiré la excelencia.
M.I.G. 29-5-20
