⠀⠀⠀⠀⠀𝕃uego de la cena, la cual terminó con Marjory avisándonos que mañana tendríamos asuntos importantes qué tratar en el desayuno. Pasé una noche incómoda, pues era como si dos personas estuvieran dentro de mi mente, parloteando posturas en contra: una de ellas me decía que previniera cualquier ataque inesperado y matara a Volta apenas me hiciera con un arma. La otra me pedía no hacerlo, dejarla vivir por su lado. Intentaba hacerme creer que mi conciudadana en verdad solo iba a morir, pero la primera voz me recordaba lo de la coartada.
A duras penas y cerré los ojos unas dos horas, pero poco le importa a Marjory, quien me habla desde la puerta y me pide que me presente en una hora en el vagón comedor. Consigo ponerme en pie y entrar en la regadera, donde la energía que me falta por no dormir bien me es repuesta por la ducha vigorizante. Sé que ya hoy llegaremos al Capitolio, así que decido arreglarme lo mejor que puedo, lo cual no es tarea difícil, considerando que toda la ropa a mi disposición es maravillosa.
Vestido con una camisa de lino blanca y pantalones chinos, me fui directo al comedor, donde mis mentores y la escolta ya se encuentran desayunando. Apenas me siento, me sirvo una taza de café y mordisqueo un panecillo. Volta, metida en un vestido rosa que le queda un poco grande, se sienta frente a Zedoary casi después de mí.
━Bien, ya que estamos todos reunidos, vamos discutir un punto importante ━habla Ampere, quien parece querer ir directa al grano━. Hoy es su primer día en el Capitolio, lo que se traduce como el Desfile de Tributos.
Eso es una tradición desde no hace mucho tiempo: a todos los distritos se les asigna un equipo de estilistas que procuran crear atuendos estrafalarios en base a la industria de cada región para, empezado el atardecer, desfilar todos por la avenida principal del Capitolio subidos en bigas. Lo pasan por televisión y es obligatorio verlo, y en parte resulta interesante, en especial por los trajes de los Profesionales, que suelen ser increíbles y muy creativos.
