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Capítulo 187

¿Quieren saber por qué tanto alboroto con los famosos?

Yo les diré por qué tanto alboroto.

El tema con las personas famosas es que muchas veces se convierten en nuestros ídolos ¿Y cómo no? los ves, creces con ellos y  antes de que te des cuenta han pasado a formar una parte esencial de tu vida y de lo que eres como individuo. Los tienes presentes en cada momento de tu vida a través de su música, su actuación, su arte.

Para cada emoción hay una pieza de ellos que logra complementarte, te tiende la mano en los momentos oscuros y te da ese plus de adrenalina para los momentos felices. Esas personas famosas a las que se tiene el placer de llamar ídolos llegan a ser una de las pocas constantes que se tiene en el día a día, logran estar para ti siempre que los necesites, en ellos se encuentra el refugio que es difícil encontrar en otras personas... así sea indirectamente.

Es verdad que esas personas ni te conocen, no saben tu nombre, y hasta pareciera que vivieran en un universo paralelo al tuyo, pero de una forma u otra a través de sus acciones, sus sonrisas, sus palabras, a través de todo aquello que se permiten revelar al mundo logran sembrar en cada uno un sentimiento de satisfacción, una promesa.

Una promesa que grita No estás solo.

Por ello, cada vez que alguien tacha de estúpido el amor hacia un famoso está ignorando un montón de razones. 

Los famosos no te lastiman con palabras hirientes o actitudes destructivas. Los famosos no son tan hijos de puta como para llamarse tu amigo durante media vida para luego ignorarte como si nunca hubieses existido, los famosos no son tan hijos de puta como para buscarte nada más cuando te necesitan o porque sus demás amigos están ocupados y eres su última opción, los famosos no son tan hijos de puta como para repetirte una y otra vez día a día todo lo que está mal contigo.

Así que... los famosos no son tan hijos de puta como muchas personas de mierda que te rodean.

Por eso nadie puede creerse con el derecho de criticar el amor hacia un famoso y mucho menos degradar el hecho de que lo consideres tu ídolo. Todos tienen el derecho a decidir a quien admirar y no dejar que ningún imbécil le diga lo contrario por simples  estigmatizaciones de la sociedad.

Cree en lo que quieras, ama lo que quieras y abraza a todos aquellos que te hagan feliz sin importar si están a 3 metros de ti o a 3 mundos de distancia.