Prólogo

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Respire ondo mientras cerraba los ojos para luego volver a abrirlos y mirar nuevamente la nada, había repetido ese acto unas 50 veces y seguía sin tranquilizarme.

Mire el "techo" mientras me encontraba tirada en el suelo con una mirada perdida.

¿Por que?

¿Por que?

¡¿Porque maldición?!

Grite internamente mientras Comenzaba a patalear en el suelo.

Me había repetido esa maldita pregunta cientos de veces en tan solo una 1, ¿un día?, quien sabe...

Acabó de morir.

Otra vez.

—¡Maldición!, ¡estaba tan cerca!, ¡tan malditamente cerca!, ¡maldito seas Game Over! -grite en voz alta mientras pataleba.

Oh dejenme explicar, yo reencarne en una clase de juego y me llamaba Chitra Serekino, una linda condesa que estaba apunto de morir, ¡pero yo!, ¡con mis Superpowers de vídeo juegos!, ¡logre seguir a adelante con Radelk, Tyrex, Tornian y otros más en un raro mundo que parecía ser de la cultura medieval, magia y fantasía!, haciendo raras misiones, ganando tierras y Crellentes hacia el dios de la belleza, pero ahora...

¡Estoy muerta por su culpa!

Seguro los chicos también murieron, ¡Radelk, Tornian! ¡y hasta Tyrex me preocupa!, fallé en esa maldita misión de concegir más tierras hasta el punto que fui asesinada por uno de los soldados del bando enemigo.

¡Maldicion!

Mordí mi vestido con desesperación mientras que mis ojos ardían en furia.

Escuche pasos acercarse y pude notar que era ese hijo de puta.

El dios de la belleza.

Ese maldito conejo.

—Hola chitra. -dijo mientras me sonreía dulcemente.

—Ningun "Hola chitra", ¡bastardo!, ¡te conseguí tierras, nuevos crellentes, más poder y ahora eres uno de los dioses más venerados!, ¡¿y así me pagas?!, ¡¿tanto trabajo para nada?!, ahora perdí a los chicos, ¡Mi Radelk, Mi Tornian y Mi Tyrex¡, ¡ellos de seguro estan muertos!, ¿Y sabes porque?, ¡Por ti y tu deseó de poder! -grite mientras que lagrimas de impotencia comenzaban a rodar por mis ojos.

Golpe varias veces el suelo mientras que lágrimas se resbalaban por mis mejillas.

Estaba frustrada, y al fin tenia al culpable para desahogarme.

¿De verdad me había dado una oportunidad para que muriera nuevamente unos años después?

—De verdad, lo siento Chitra... -dice mientras acariciaba mi cabeza pero le di un manotazo.

—De verías, ¿y ahora que?, ¿despareceré? ¿o me eliminaras? -pregunte con frialdad mientras le daba la espalda y abrazaba mis rodillas.

¡Maldita sea mi suerte!

—No chitra, de verdad pienso darte una nueva vida, podrás alegir en seguir a adelante, y hacer tu propio camino, es un lugar el cual se que te gustara, esta es mi manera de expresar cuanto lo siento. -dijo mientras daba pasos hacia tras, lo mire de reojo, se le notaba triste.

—¿Y que hay con los chicos? -pregunte con frialdad mientras me secaba las lágrimas, de verdad deseaba que ellos estuviesen bien.

—¿A ellos también se le dará una nueva oportunidad? -pregunte nuevamente.

—Seguirán con su lazo conectado a ti, los encontraras con el pasó del tiempo en tu nuevo mundo, de verdad te deseó suerte, eras la más devota a mi.

El se despidió con ademán en la mano mientras que yo comenzaba a flotar como anteriormente paso la primera vez que reencarne, mire como comenzaba a alegarme lentamente del dios, este me grito con fuerza que tuviera suerte, gire mi mirada hacia arriba.

Solo esperaba tener más suerte en esta vida...

Una pequeña castaña se levanto mientras se frotaba los ojos, se quito las sabanas de su pequeño cuerpo, tenia unos 4 años, con unos hermosos cabellos castaños hasta la abajo de la cintura y unos hermosos ojos imperiales

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Una pequeña castaña se levanto mientras se frotaba los ojos, se quito las sabanas de su pequeño cuerpo, tenia unos 4 años, con unos hermosos cabellos castaños hasta la abajo de la cintura y unos hermosos ojos imperiales.

—¿Hum? -la pequeña quito su puño derecha de su ojos izquierdo, dejando de frotar sus ojos para mirar detenidamente sus manos.

Con falsa tranquilidad camino hacia un espejo cercano.

Sus ojos se abrieron con fuerza y puso sus manos en su cara de golpe para darse una cachetada para luego quejarse levemente.

—¿Pero que diablos? -susurro al verse en el espejo.

Apretó los puños y venas comenzaron a crecer en su frente para luego...

—¡¡Maldito seas!! ¡¡Dios de la belleza!! -grito con furia.

¿Porque me pasa esto a mi?

¡Maldito seas! ¡Dios de la belleza! |PE × Chitra|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora