Las Aguas De Ti

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Me llenan, me vacían, me dejan a medias
¡Oh! ¿por qué? ¿¡Qué es lo que sucede con tus aguas!?
¿¡Qué es esa ola violenta que golpea mi bote y amenaza con caerme dentro de tu caos interior!?
¿¡Qué es ese calmado oleaje que me llama por morar tu interior!?
¿Qué es? Pues... mi respuesta es clara. Eso eres tú.

Tú eres la divinidad de las aguas encarnadas, que vacila con agresividad ante el pequeño barco de este joven pesquero. No lo sé, pero al menos tengo una idea, de que tú eres mi calma estrella en una noche llena de tormentas. Tú y sólo tú, eres el arrecife de coral que amenaza con dañar mi cuerpo cuando nado en la inmensidad de tu cuerpo.

Yo fiel marinero, amante del mar.
Tú belleza de las aguas, me conquistas al pasar.
Tantas cosas puedo decirle a usted, que no temo en confesar mis crímenes más grandes, con tal de ser escuchado por sus dulces oídos y tal vez poder ser besado con sus hermosos labios carnosos. Pero, me despierto nuevamente, miro al suelo y suspiro, nada nunca pasó. Estoy de nuevo en el mismo sitio de siempre. El camarote de mi barco navegante, en donde siempre lloro de forma desconsolada, ya que me es imposible vivir con usted Doña de las aguas.

Tanto mar para un sólo hombre, pues es lo único que conozco en ti. Cuando desperté aquella vez, la primera vez. Esa vez en que tú y yo nos conocimos por primera vez. Aquel día extraño desperté, ansioso por saber que me esperaba en aquel lugar tan hermoso. Lo hermoso eras tú, tú eras el mar que cubría todo este lugar. No conozco la tierra, ya que sólo vivo en tu mundo de mar. Soy marinero, pirata, pescador y muchas cosas más. Puedo ser el mismo pintor, que plasme nuestro amor sin igual.

Tus violentas aguas
Tus calmas aguas
Tus inseguras aguas
Tus cálidas aguas
Tus etcéteras aguas
Son tantas que podría amar y tan pocas las que podrías mostrar...

Vivo en ti y me fascina estar ahí
Es verdad, no estoy loco ni nada por el estilo. Desde que llegué aquí, ya no me quiero ir.
Tal vez todo esto sean mis pensamientos, pero me alegro de contarlos y recitarlos. Puesto que si no lo hiciera, nuestro amor no sería lo que quisiéramos.

A veces tengo miedo, tu inseguridad mi querida diosa del mar, me causa tantos naufragios, que me da miedo no poder ser lo suficiente buen marinero, para aparecer en tu dulce tierra de mar. He sido muchas cosas, y tal vez han venido muchos más piratas como yo a surcar tu mar, pero no hay nadie que pueda hablar con tanta pasión, que este tonto marinero, que quiere convertirse en tu corazón.

Tal vez han llegado ya a tus tierras, tal vez ya encontraron el tesoro que resguardas en todo este mar, pero yo sé con certeza, que no sería como los demás. Que no sería el que te pueda descuidar, que no sería capaz de traicionar tu confianza y mucho menos dañar a la diosa que tanto aprecio.

Soy torpe a veces, porque me imagino cuidando tu tesoro. Así es, simplemente cuidar tu tesoro más preciado. No deseo abrirlo, aunque tenga la llave colgando de mi cuello. Creo que sería mejor cuidarlo hasta que tú puedas por fin verme a la cara y decirme que exactamente sucede. ¿¡Es que acaso no soy lo suficiente un buen marinero!? Después de preguntarme cosas tontas, recuerdo que sólo son imaginaciones mías. Que tú eres una diosa y yo un simple mortal, que navega entre tus aguas violentas y tormentosas, pero que se alegra de vivir en armonía con tus miles de aguas, pues sé que en algún momento una nueva agua llegará a mí.

𝐏𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨Where stories live. Discover now