Capítulo 2

20.9K 545 25
                                    

Me sentía sucia, muy sucia. Frotaba con la esponja mi piel, mis partes, durante minutos y minutos, llegando a estar una hora, pero no era suficiente. Por mucho que intentase limpiarme, seguiría estando siempre sucia. Le había sido infiel a Eidan, y nunca podría perdonarme a mí misma. Tenía que contárselo, y si él me perdonaba yo podría hacerlo algún día. Un hombre ajeno, un desconocido, me había hecho cosas... inimaginables, y yo me había dejado, y me había encantado, y... me empapaba cada vez que lo recordaba. Cuando se separó de mí y en su pene goteaba el semen que había eyaculado en mi interior, cuando me esbozó esa sonrisa de galán, cuando me besó y se despidió de mí guiñándome un ojo, prometiendo que volvería...

Y por más que frotase no podía limpiarlo, porque no podía dejar de pensar en ello, y me excitaba muchísimo. ¿Sólo quería usarme, como un trapo sucio, como había hecho Eidan tanto tiempo? No, Eidan me amaba, sí, y...

¿A quién pretendía engañar? Fijo que él se tiraba a otras, y a mí nunca me hacía caso, parecía que ni yo le gustaba, y... mil excusas más que me di para convencerme de que lo que había hecho yo estaba justificado, pero no lo estaba. Había roto mis promesas de amor, mi juramento de fidelidad, mi... integridad y mis principios. Pero él también, en mi fuero interno lo sabía, y también sabía que nunca volvería a ser lo mismo ni nos querríamos como alguna vez hicimos, si es que él lo hizo alguna vez. ¿Qué tal si cada uno vivía su vida, al margen del otro, y ya? Así podría tener mi aventura. Un hogar donde vivir. Y Eidan tendría quien le hiciera las tareas del hogar mientras él...

Me derrumbé. Casi me caigo de la ducha pensando esas cosas. Mi vida era un engaño y una mentira, y necesitaba a un hombre al que no conocía para saciar mi apetito sexual. Yo era tan... indecente. Tan... puta, hablando claro. Rompí a llorar, y por muy limpio que estuviera mi cuerpo, mi alma se sentía la más sucia del mundo...

- ¿Estás bien? - preguntó Eidan tras la puerta del baño.

- Sí... - le dije, avergonzándome más de mí. Estaba preocupado... Todos mis pensamientos se equivocaban. Yo aún tenía un pequeño lugar en su corazón. Me sentí tan...

- Pues rapidito, que llevas mucho.

Mi alma se nubló. Ahí sí que dejé de preocuparme por completo. Me desinteresé por él, dejé de arrepentirme, salí del baño sin mirarlo siquiera a los ojos y me vestí con rapidez. Fui al centro comercial, para ver si encontraba a Dante por allí, pero no hubo suerte. Me encogí de hombros.

- Hm, me da igual, ya lo veré a la tarde. - dije en voz alta, y me largué a dar una vuelta hasta la hora de comer. Comí junto a Eidan, el cual estaba más atento del móvil que de otra cosa. Por primera vez en mi vida me dejó de importar dónde había estado, por qué había tardado tanto, a dónde iría, y demás. Total, para oír un puñado de asquerosas mentiras y engañarme a mí misma creyéndoselas...

Dejé que hiciera con su vida lo que quisiera, que yo le daría un mejor uso a la cama en la que dormía de lo que él jamás le daría. Siempre las mismas dos posturas de siempre durante toda la relación. Apenas llegaron a ser cuatro o cinco a lo sumo, y con Dante había estado más excitada que nunca, había probado cosas nuevas, y me había gustado como nunca antes. ¿Por qué? Porque me sentí realmente deseada, no como con ese despojo humano...

- Me voy.

"Pues que te jodan y te pudras", pensé. Le hice un gesto con la cabeza para decirle adiós. Ni se acercó para darme un besito en la mejilla, como alguna vez había hecho. Mejor. No quería tenerle cerca ni un segundo más.

Me limité a cocinar para mí, dejándole mis sobras, y a disfrutar del tiempo libre que tenía. Hice algo de ejercicio, vi una película, me puse música y bailé, y me asomé por la ventana a ver a Dante haciendo footing. Sin embargo, para mi sorpresa, aquel día no lo vi. Me decepcioné conmigo misma. ¿Habría sido para él un simple polvo, y se había olvidado de mí? ¿Me había utilizado, como todo el mundo hacía?

Mi hombre... loboWhere stories live. Discover now