Sus amigos ya se llevaban bien con ella y bromeaban de la misma forma, ¿por qué él se sentía intimidado por eso? Al paso del tiempo empezó a tener miedo en hablar de cualquier cosa y con ello su confianza empezó a disminuir.

Se sentía intimidado por quienes hace llamar sus amigos, comenzando a tener inseguridades, y sobre pensaba cualquier cosa con ellos hasta un punto que no podía dormir en las noches.

Claro que no debía exagerar, Génesis tenía su sentido de humor ─porque claro, todos tienen una distinta a los demás─ y Harry tampoco debía sentirse ofendido por ello.

Pero había llegado a un límite aquel día.

Estaban en el receso, Harry se encontraba con sus amigas, hablando de temas al azar. Una de ellas estaba hablando con su respectiva pareja y Génesis habló y preguntó si tenían intereses amorosos.

─Yo por el momento no, aún no encontré el o la indicada. ─dijo Harry mientras abría un paquete de galletas oreos.

Génesis lo miró confundido. ─¿Él o ella? ─dijo.

Mary la miró. ─Sí. Harry es bisexual. ─dijo mientras él asentía. No pudo responderle porque tenía la boca llena.

─¿Pero te has enamorado de una mujer? ─dijo ella.

Harry tragó y negó. ─No.

─¿Y de un hombre?

─No tampoco. ─dijo entregándole el paquete de oreos a Mary.

Génesis levantó sus hombros y miró su celular. ─Debes estar confundido.

Harry frunció el ceño y miró a Mary, quien lo miraba de la misma forma. ─Uhm... ─y miró a Génesis. ─¿Y tú como lo sabes?

─Vamos Harry nunca te has enamorado, ¿cómo estás seguro de que eres bisexual? ─dijo ella mirando su celular. Como si no le importara que el rizado se sintiera ofendido de lo que contaba.

Mary decidió intervenir. ─Génesis...

Pero Harry la interrumpió. ─¿Acaso piensas que dudo en algo tan serio como mi jodida sexualidad, Génesis?

Génesis rodó los ojos. ─Vamos Harry. Sólo estaba bromeando. Tú sabes lo que eres.

─Y tú no eres nadie para hablar y opinar de mi sexualidad como si fuese una broma, joder. ─y se fue de ahí, dejando a Mary con ella.

Desde ese momento, Harry la describe como la causa de sus problemas. No se llevaba bien con Génesis y viceversa.

Apenas ese año ella se había unido a su grupo usando sus inseguridades como sentido de humor. No quería sonar como alguien rencoroso, mucho menos engreído. Pero siempre que está a su lado, se siente inservible y miles de imágenes de sus amigos burlándose de él aparecían en su mente, ahogándolo y volviéndolo loco.

Meses pasaban, se seguían juntando con ellos pero no hablaba con ninguno y sentía que sobraba en el grupo.

Fue ese momento que descubrió The Last Sigh, y veía las respuestas de la pregunta diaria y los problemas que tenían todos ahí. Se sentía identificado en alguna de ellas, sentía envidia porque ellos podían decir que tenían y él en cambio no. Y leyó algo que lo dejó pensando por mucho tiempo.


"Ya siento que todo está perdido, mi mente sólo crea momentos que nunca pasaron. Juega conmigo y yo dejo que pase.

Me siento sofocado por el miedo, ¿qué debo hacer para no sentirme así?"


No lo pensó. Sabía qué estaba mal escribir eso, pero no se arrepentía.

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