Shouyo recuerda perfectamente esa noche nevada. Donde suspiro, lloro, y suplicó por qué todo terminase, que sus superiores decidiesen volver, por la simple casualidad de que olvidaron alguna pertenencia. Pero nunca paso aquello, y sus lágrimas secas...
Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
— Me duele... Me duele Kageyama —decía mientras sus cabellos se pegaban a su frente por la transpiración, sobre todo la temperatura del lugar no ayudaba, esa noche comenzaría a nevar, y el gimnasio carecía de estufas a gas.
— Callate, solo callate, mgh... —suspiro al volver entrar en el frágil cuerpo de una estocada, ver llorar a ese chico no le causaba más que satisfacción, el estaba seguro de el pequeño solo se quejaba de gusto, y que aquel acto no hacia más que excitar a ambos.
— Basta... Yo no quiero, por favor —dijo suplicante mientras su respiración se entrecortaba por las salvajes embestidas del otro, nisiquiera podía moverse, tenía sobre si mismo el gran cuerpo del otro.
Alguién, Nishinoya-san, Tsukishima, alguien por favor.
— ¡Yo no quiero! —despertó, su corazón golpeaba contra su pecho.
Sus ojos no vieron más que los cuadros de su habitación, su respiración errática y los sollozos no se hicieron esperar para llenar el desolado departamento.
— Ya basta... —dijo mientras se levantaba a gran prisa de su calida cama. Abrió la canilla de la ducha y se adentro en ella, sin importarle que estuviera fría, comenzó a limpiar su cuerpo con la esponja de baño. Pasando una y otra vez por el mismo lugar, su piel blanquecina se tornaba roja por las acciones ejercidas.
Sucio se sentía sucio, se sentía asqueroso, el quería morir.
Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
Atsumu miro por décima vez el ventanal de su habitación, la que veria quizás por última vez. Su carrera como jugador profesional de vóley por fin había comenzando, de alguna manera se encontraba feliz, si lograba destacar más su habilidades podria debutar pronto. Aunque sinceramente le hubiese gustado más que su hermano siguiese a su lado para llevar aquella aventura juntos, pero como hace tanto sabia, Osamu no aspiraba a lo mismo que él.
Mientras que el quería seguir divirtiéndose en aquel deporte que tanto amaba, el peli marron quería ser un gran gastrónomo, su pasión siempre había sido la cocina más que el vóley.
