{dos}

500 52 14
                                    

Me doy la media vuelta, dispuesta a seguir mi camino a pesar de que Ryan parece estar congelado en su lugar con la mirada aún clavada en el recién llegado Hero Fiennes pero no logro dar ni un paso cuando veo a la Directora Hoffman caminando a paso rápido hacia mi, con una sonrisa en el rostro. Pero su sonrisa no va dirigida a mi, mucho menos a Ryan. Es una sonrisa de bienvenida para el chico detrás de nosotros. Hero Fiennes. 

—¡Señor Fiennes! Estamos muy felices de darle la bienvenida a nuestro instituto.—comenzó a hablar en el medio del pasillo, haciendo resonar sus tacones mientras caminaba con los brazos extendidos—Es un gusto para el instituto el tenerlo aquí.

—El gusto es mío. —Dibujó en su cara una sonrisa aduladora al mismo tiempo que sus ojos verdes se posaban en mí. ¿Enserio estaba tratando de coquetear conmigo en estos momentos? Que horror.

Cuando vio que fruncí el ceño, su sonrisa se ensanchó aún más, ¿en qué estaba pensando? ¡Iba a ser su competencia en apenas unos días! Además, a comparación de más de la mitad de la población femenina del instituto, mis piernas no temblaban a causa de su simple presencia.

Dejo mis pensamientos a un lado cuando siento que alguien me da un ligero codazo. Por un momento había olvidado que Ryan seguía a mi lado y que ahora tanto él, como la Directora me observaban confundidos. Parecían estar esperando algo.

—¿Qué?—pregunto confundida.

—Debes presentarte, Jo. —Ryan me susurra en el oído, y luego le dedica una sonrisa de falsa amabilidad a la directora.

—Oh—es lo primero que dejo salir, haciendo que Hero me lance una sonrisa burlona.—Langford, Josephine. Representaré a Australia en el Modelo.—absurdamente le tiendo mi mano a Hero Fiennes, como si fuéramos empresarios de verdad y mi uniforme no estuviera arrugado por la clase anterior.

Él toma mi mano y le da un apretón firme, aunque su expresión de burla sigue en su cara. Termino nuestro saludo quizás más rápido de lo que debería, y trato de alisar mi camisa con mi mano. Ryan me mira aguantándose la risa, y la directora retoma rápidamente la conversación. Por primera vez, agradezco que sea charlatana. Después de eso, Ryan y yo nos quedamos de pie observando a la Directora explicandole algunas cosas acerca de la institución, sin saber exactamente qué hacer.

—Pueden retirarse, chicos—la Directora Hoffman voltea a vernos con una sonrisa.—A menos claro, que quieran ayudarme a darle un recorrido al señor Fiennes.

Rápidamente niego con la cabeza, aunque Ryan me insista con la mirada a que lo hagamos.

—Nos encantaría, directora. Pero tenemos que resolver unas cosas antes de que empiece el próximo periodo.—Arrastro, por segunda vez, a Ryan por el brazo y nos alejamos del pasillo principal.

—¡Por Dios! ¿Se puede acaso tener una erección por solo mirar las manos de un hombre? —Ryan se abanica el rostro de manera dramática. Hago una mueca de asco y trato de ignorarlo.— ¡En serio, Jo! ¿No notaste las venas de sus brazos ni siquiera?

—Estuve demasiado ocupada en mantener mi objetivo de ganarle intacto, así que no

—¿Sabes en lo que a mí me gustaría ganarle? En un concurso de besos. Apuesto a que besa como todo un experto.

—¿Enserio, Ryan?—ruedo los ojos—¿Necesitas un pañuelo? Por que creo que tienes algo de saliva ahí—le señalo su barbilla y Ryan solo deja salir una risa.

—¿Saliva? Ojala fuera líquido preseminal.

Mis ojos se abren de inmediato.—¡Ryan!

—¿Que?—pregunta de manera inocente.

Exchanged LoveWhere stories live. Discover now