Los Afectos al Señor del Fuego

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_¿Mi Señor?-le consejero Real del Señor del Fuego Zuko, había tenido una reunión con el resto de consejeros reales para tratar un tema de suma importancia; los afectos al Señor del Fuego.


_¿Qué necesitas?-Zuko estaba en la oficina del Señor del Fuego revisando unos papeles, después de casi tres años de terminar la guerra, aún tenia mucho trabajo que hacer para restaurar el honor de su nación.

_Seguimos pensando que estando en su posicion, es incorrecto que muestre afecto físico en público, señor.

Desde que el adolescente había asumido al trono, no podría importarle menos las aptitudes que debía tener un "buen gobernante", como querían hacerle ver. Había dejado de lado las estrictas especificaciones que se le imponían que le parecían extremistas y, como en este caso, estúpidas. Si él quería abrazar a sus amigos después de no poder verlos en semanas o meses, lo haría.

_Yanyu, ya hemos hablado de esto y mi posición sigue siendo la misma.-Zuko quería tener paciencia con esta situación.

_Pero señor, su consejo sigue estando de acuerdo con que es incorrecto que-

_¡No! ¡Ya lo he dicho! ¡Ahora vete y no volveremos a hablar de este asunto porque terminó!-Bueno, seguía siendo un adolescente volátil, con poca paciencia.

Yanyu, el consejero Real, se retiró de la oficina sin antes dar una reverencia, que en algún punto, Zuko le pidió que dejara de hacerla pero no lo hizo, era el protocolo a seguir ante el Señor del Fuego y él seguía los protocolos.

El Señor del Fuego Zuko había sido advertido por su consejero real sobre el afecto físico en público, aún si solo el público consistía de sus sirvientes o guardias. Le habló, principalmente de los abrazos, y el porqué estaba mal para su imagen como Señor del Fuego ante sus súbditos. Todo esto, a Zuko no podría importarle menos, él tenía todo el derecho, más como persona que por Señor de su Nación a abrazar a sus amigos o familiares.

Por años el pobre Yanyu había intentado que su señor siguiera los protocolos establecidos, pero pensaba que un adolescente es un adolescente, y uno muy insolente a veces. Era casi inaudito, un escándalo que el Señor del Fuego Zuko abrazara a plebellos de otros reinos, independientemente de su rango, estaban en la Nación del Fuego y como tal, tenían que mostrar respeto al gobernante de la Nación. Pero como su señor no le hacía caso, y no lo haría pronto, su consejero decidió que era mejor tomar otro tipo de medidas.

La idea de Yanyu era simple y a la vez arriesgada; hablar con el mismísimo Avatar y explicarle todo el asunto de porque estaban mal los efusivos abrazos y los apodos amistosos. Y sí, era difícil no solo por la gran eminencia que era en si el Avatar Aang, sino también por el estrecha relación de amistad que mantenía con su Señor del Fuego.

Appa, el bisonte volador, aterrizó en los jardines delanteros del palacio de la Nación del Fuego y fue Zuko quien recibió al Avatar, el cuál, corrió a abrazarlo por no haberlo visto hace tanto tiempo.

_¡Que gusto verte Zuko!-el saludo de Aang acompañada de su inmensa sonrisa de felicidad se transmitió en un segundo a Zuko que sonrió también, alegre de ver a su ocupado amigo.

_Por fin tienes tiempo de visitarme.-le recriminó en tono de broma.

_Oye ya sabes como es.-se justificaba sin tomárselo mal.

_Si lo sé, escuche que detuviste otro conflicto entre unos pueblos del Reino Tierra.-y así Zuko y Aang se sumieron en una de sus tantas conversaciones que resultaban, a pesar de hablar de sus deberes, ser entretenidas pero solo por ser el otro.

Los Afectos al Señor del Fuego [Zukaang]Where stories live. Discover now