12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14

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-          Solo quiero pasar un rato agradable contigo, ¿tan malo te parece eso?

Jim sonaba sincero, pero eso era porque su idea de un “rato agradable” era muy distinta a la de Erika. El chico abrió su chaqueta, y de algún bolsillo interno saco una cantimplora pequeña, tan pronto la abrió Erika pudo percibir el aroma del alcohol en el aire. Jim tomo un sorbo grande, luego le ofreció la cantimplora, pero ella negó con la cabeza.

-          Tómala. – el tono severo y amenazante de Jim le daba escalofríos.

Erika alargo el tembloroso brazo para alcanzar la cantimplora, luego miro a Jim con ojos suplicantes.

-          Ahora bébela. Créeme no querrás hacerlo a mi manera.

 Cerró los ojos y empino el amargo líquido. No sabía lo que era, pero quemaba, le quemaba la boca y la garganta, tanto que tuvo que escupirlo. 

-          Eres adorable. – dijo entre risas.

Mientras se secaba las comisuras de la boca con la mano, Jim se acercó hasta quedar sentado al lado de ella y le paso un brazo sobre los hombros, Erika se tensó bajo su tacto, burdo y frío. Él volteo para mirarla, y comenzó a acercar su boca a la de ella, iba a besarla.

 En ese instante algo se rompió dentro de Erika, y toda la ira, frustración, resentimiento, impotencia y estrés que había guardado en su interior durante dieciséis años la golpeó fuertemente  en el estómago. Había sido rechazada, humillada, despreciada, golpeada, subestimada y hasta secuestrada. A pesar de todo ello, jamás se había quejado, había hecho todo lo que le dijeron que hiciera sin pensar si ella estaba de acuerdo o no. No podía retenerlo un segundo más.

 Alargo su brazo libre y sin pensarlo dos veces, golpeo a Jim en el rostro. El sonido de carne contra carne había sonado igual que un aplauso, todo enmudeció. Lo había hecho, había golpeado a Jim tan fuerte que éste casi pierde el equilibrio, pero alcanzo a sostenerse con un brazo mientras que con el otro se cubría la boca, zona afectada tras la bofetada que Erika le había dado.

La mejilla del chico se había tornado roja dibujando una silueta de dedos. Jim palpo su labio, y soltó un bufido cuando vio una gotita de sangre sobre su dedo. La pequeña euforia que Erika había sentido tras defenderse se evaporo rápidamente cuando se topó con la mirada de Jim.

-          Niña estúpida. – lo dijo tan bajo que Erika apenas y pudo escucharlo.

Los ojos de Jim salpicaban fuego. Erika comenzó a retroceder apoyándose de sus brazos, pero no fue suficiente. El cuello de Erika se dobló abruptamente hacia un lado tras la bofetada que Jim le dio, pero la segunda logro sumergirla en una confusa bruma nublándole la vista, y haciendo que todo se oscureciera.

***

Se dejó llevar en el río de sus pensamientos, dejo que la paz la llenara, ahogándose en el sueño que le habían causado los golpes de Jim.

Erika jamás se había preocupado por saber quiénes habían sido sus padres, ni sus motivos por los cuales la habían dejado en el orfanato, porque al menos esperaba que hubieran tenido motivos.

No sabía absolutamente nada de su origen, ni siquiera sabía su apellido, principalmente porque nunca lo había necesitado. El orfanato proporcionaba toda la educación que los niños pudieran requerir, llevaban el mismo programa que todas las escuelas, por lo tanto era innecesario algún acta de nacimiento o cualquier otra cosa vinculada con sus datos. Pero eso no significaba que dicha información no existiera.

El orfanato sí sabía el apellido de Erika, y también sabía quiénes eran sus padres, incluso tenían fotos de ella cuando bebé. Pero aquellos documentos eran guardados celosamente bajo llave, muy pocos tenían acceso a ellos. Y solo podían serle concedidos a Erika cuando cumpliese la mayoría de edad. Faltaban dos años para eso.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now