¿Has visto a un rey perder su corona?
Los hermanos Kast; millonarios, desquiciados y con una belleza muy atrapante. Son un pecado hecho persona, pero la sed de poder que alberca en ellos podría acabar con la tranquila vida que llevan.
Contiene esce...
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- Perséfone, despierta. Ya casi llegamos.
- Déjame dormir Leo, lo que menos quiero ver ahora es ese pueblo raro al que iremos a vivir.
- Déjate de estupideces y despierta. Tú sabes que la Señora y el Señor Adam nos estarán esperando y tenemos que dar una buena impresión — sacudió mi hombro — No podemos permitir que nos corran de este pueblo sin acabar la secundaria.
- Está bien, ya entendí — me acomode en el asiento y mire por la ventana el clima frío que cubría el pueblo — A veces pareces mi madre, Leo.
- Anda, déjate de estupideces y arréglate, ya casi llegamos a la casa de los Adam.
Estacionó su auto en la acera y suspiro.
- Es lindo, ¿No crees? — miró de reojo la casa — Hay que bajar las maletas — murmuró saliendo del auto.
Solté un suspiro más fuerte que el de él y bajé del auto.
- Este pueblo parece sacado de alguna película de terror — detalle con cuidado mi alrededor. Casas similares con colores y auras distintas, observe las grandes estructuras que se alzaban en lo alto de la colina — como la masacre en Texas, todo está tan cargado de suspenso y colores grises — una enorme mansión en la punta de la colina junto a un gran risco captó por completo mi atención — El clima de este lugar es pésimo — bufé apartando mi mirada de aquella casa.
- Si querías una casa en la playa con un clima caluroso y resplandeciente, lo hubieras dicho — masculló abriendo la cajuela del auto — ayúdame con las maletas.
No entiendo por qué los Adam aceptaron que viviéramos con ellos, se miran una familia tan tranquila y normal, pero como dicen, las apariencias engañan.
- Tu siempre tan amargado, Leito — tome mis maletas y las coloque en la acera — Tu también piensas igual que yo — lo mire de soslayo.
- No se qué carajos está pensando esa cabecita tuya.
- Me refiero a que es raro que una familia como ellos nos haya aceptado para el intercambio — me senté sobre una de las maletas — El instituto nos aceptó sin ningún pero, aplicamos a una infinidad de institutos y todos siempre tenían un pero para darnos. En nuestro perfil está detallado nuestro historial en el centro de intercambio y ni hablar del orfanato.
- Puedes dejar tu paranoia por un momento — me dio un suave golpe en la cabeza — convencí a la secretaria Sandy para que aceptara cambiar nuestro historial y con algunas compensaciones y la promesa de que se libraría de nosotros para siempre aceptó sin problemas.
- Asqueroso — resople con asco — ya creo saber qué tipo de compensación le diste.
Fue una buena, aunque desagradable idea que los Adams nos hayan aceptado es algo muy bueno, nadie nos quería abrir las puertas de su casa por el historial que el y yo tenemos. Ninguno de los dos se arrepiente de lo que pasó hace muchos años, si no lo hubiéramos hecho, no estaríamos aquí.
