Conociendo el silencio

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Tanjiro sentía su cabeza dar vueltas, le dolía, le dolía su cuerpo también, no podía soportar el ardor en sus ojos, el desgarrador dolor que sentía en sus pulmones no era nada para reírse.

Intentó abrir los ojos, pero estos estaban pesados — ¿Morí? ¿Qué me pasó? — con todo el desespero que tenía abrió los ojos.

Estaba sudando, respiraba con dificultad y no se podía mover, vio para todos los lados que podía.

Por el olor supo que estaba cerca de un árbol de glicinas, pero echando un ojo identificó el lugar donde estaba.

Estaba a la sombra de unos árboles de glicinia, estaba seguro de los demonios. Pero no de las personas.

Buscó algún ser vivo cerca de él hasta que se encontró con una mirada morada que lo cuidaba desde la sombra de otro árbol.

Cuando conectó la mirada con ella, soltó un gran suspiro. Ya no estaba en peligro.

Ella era la cazadora de demonios que se encontró en la montaña, aunque sintió siempre su olor detrás de él no le dio mucha importancia.

Luego de eso, trata de regular su respiración y no deja de hacerlo hasta que lo logra, respiraba a grandes bocanadas y suspiraba con bocanadas igual de grandes.

Pasaron unos diez minutos desde que estuvo consciente y por fin se pudo colocar de pie, observó a la chica. Esta al verlo de pie se separó del árbol del cual estaba recostada, camino hasta el chico y le puso una mano en su frente, su mano estaba algo tíbia.

Sin mediar palabra, ella se retiró del lugar.

Él quiso decir algo, pero le dolían los pulmones y su boca no se abría.

Esperaba verla en otro momento.

[— Cambio de narrador: Kanao —]

Cuando llegué a la Finca Mariposa me recibió Shinobu con una sonrisa.

— ¿Te escapaste? — Me preguntó algo confundida, cómo no estarlo, había llegado totalmente limpia de la prueba que supuestamente tenía que cansarme, pero me pareció bastante fácil.

Naho, Kiyo y Sumi salieron a recibirme, me abrazaron por la cadera, se veían felices así que le di suaves toques en su cabeza a cada una, luego salió Aoi sonriendo 

— Sabía que eras fuerte, Kanao, pero no esperaba que ni sudaras con la prueba — Luego de eso rió y me abrazó.

Tendría bastante para escribir en mi Diario.

3 Marzo 1913

Por fin llegué, estoy en casa.

Toda la prueba fue un dolor de cabeza, esos demonios no eran fuertes, eran fáciles de matar, pero el saber que había seres que te querían comer y matar por ahí fuera hacía casi imposible dormir. Por mucho habré dormido 6 horas cada día, porque sí, tocaba dormir de día, a la luz del sol y teniendo en cuenta que te tendrías que levantar antes de las 5, para no ser comido.

Por otro lado, me pasé el último día de la prueba siguiendo a un chico de haori azul, era de pelo rojo y sus ojos también lo eran, tenía una venda en el lado superior izquierdo de su frente y puedo decir que era bastante fuerte, su katana volaba al cuello de los demonios como imán, aunque alguna vez falló y les rebanaba la cabeza (pocas veces vi que así fuera) por mucho que se esforzó en ayudar a los demás cazadores que estaban en peligro, estos no pudieron sobrevivir la última noche.

Solo 4 sobrevivimos, aunque los niños que nos dirigían en la prueba dijeron que sobrevivimos 5 y que uno de ellos ya se había ido, supongo que era el de máscara de jabalí que logré ver antes de que empezara la prueba.

Cuando finalicé la prueba continué siguiendo al de haori azul, lo pude ver bastante mal así que lo seguí hasta el pie de la montaña, lugar en donde por fin cayó rendido.

Lo atendí y después de una hora o algo así, se despertó, vi que abrió los ojos y me miró, pero tardó como 10 minutos en ponerse cuerdo y levantarse. No dijimos ninguna palabra, pero me acerqué a él y miré si tenía fiebre, pero al parecer no tenía... aquí debo decir que no pensé en hacer eso, simplemente lo hice porque... ¿Quise?

Realmente me pareció un buen chico, además de ser bastante fuerte como cazador... me gustaría volver a verlo.

Eso más o menos fue lo que sucedió hoy, Aoi ya me está gritando que baje a cenar si no quiero que entre con la escoba y me saque a escobazos.

Para el Diario de mi silencio

Kanao Tsuyuri

[— Cambio de narrador: Tanjiro —]

La casa de Urokodaki-sensei estaba muy lejos de donde se dio la Selección Final, así que tuve que caminar casi todo el día. En todo el día 3 cosas no se salían de mi mente. ¿Nezuko habrá despertado? ¿Urokodaki-sensei estará bien? ¿Quién era ella?

Me dolía todo el cuerpo, sentía que con cada paso se me caía una parte del cuerpo, pero me obligue a seguir.

Estuve a salvo luego de caer desmayado gracias a la chica que me encontró al pie de la montaña, me puso a la sombra y me cuidó, luego de eso me tocó recoger un palo para poder caminar, si no, no llegaría muy lejos.

Llegué a la casa de Urokodaki-sensei antes de que anocheciera, vi como la puerta de la casa era derribada de una patada: Tuve miedo ¿Qué sucedió? ¿Algún demonio atacó?

Y así había sido, mi hermana demonio salia de la casa, al parecer buscándome, apenas pude gritar su nombre, sentí la garganta arder y no pude decir más, ella corrió hacia mí y me abrazó, luego pude sentir los brazos de Urokodaki-sensei abrazándonos a ambos 

— Volviste... — oí que susurró, pude oler en él gratitud, alivio y felicidad.

Diario del silencio - Tanjiro x KanaoWhere stories live. Discover now