Tormenta, sin un poco de silencio

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Había comenzado, la Selección Final había comenzado.

Podía sentir los nervios a flor de piel cuando el primer demonio apareció frente a ella sin embargo lo mató antes de que dijera algo, eran muy lentos.

El primer día se topó con unos 4 demonios, eran bastante débiles así que no tuvo problemas con ellos.

El segundo día se topó con 2, el tercero con uno solo, el cuarto volvió a encontrar a 2, el quinto se encontró y decapitó a 2, el sexto solo pudo hacerle eso a uno solo.

El tiempo se le había pasado muy lento, un día pasaba en una semana, el sol nunca llegaba y la noche se sentía infinita, al amanecer del séptimo día, aun le faltaba una noche, vio a lo lejos a un cazador, este estaba batallando a la sombra de unos árboles bastante grandes contra dos demonios.

Saca su moneda del bolsillo, Cara: lo ayudaba, Cruz: se iba.

Sin embargo, antes de lanzarla, vio como las garras de uno de los demonios decapitaban al cazador, era una imagen terrible.

Los demonios se pelearon y el que decapitó al cazador fue empujado por el otro hacia el sol, quemándose en el acto. El otro se dispuso a devorar al cazador muerto, pero su cabeza rodó por el suelo cuando ella cercenó su cabeza.

Se quedó viendo el cuerpo decapitado de su compañero, no era la primera vez que veía un cuerpo masacrado, no tenía su mano derecha, su brazo izquierdo estaba torcido hacia atrás y su pie izquierdo estaba totalmente fuera de su sitio, y ni hablar de los órganos que estaban fuera de su sitio, era una total carnicería.

Escuchó pasos detrás suyos y se volteó, era un cazador de demonios, tenía el cabello de un color rojizo al igual que sus ojos, poseía también unos aretes bastante llamativos, y tenía un físico bastante bien marcado, aunque ocultado tras un haori azul.

El de Haori azul vio el cuerpo masacrado al lado de la chica — Llegue tarde... — murmuró, volteo a verla, ella no dijo nada así que él tampoco, se dio la vuelta y corrió hacia otro sitio.

El haori azul tenia marcas como de olas de color blanco, eso significaba que era aprendiz de un maestro de la respiración de agua, pero no uno cualquiera, su hermana Shinobu una vez se lo dijo: Urokodaki Sakonji, antiguo pilar de agua. Él era quien usaba ese tipo de haori, así que el joven que poseía el haori con tal estampado debería ser el Tsuguko o el aprendiz de el ex-pilar.

Sintió curiosidad, cosa que pocas veces pasaba, así que siguió al joven de haori azul, vio cómo ayudaba a otro cazador que portaba un uniforme blanco con gris, luego corría y ayudaba a otro que estaba más allá.

Sin embargo, él no se daba cuenta que luego de ayudarlos, estos chicos caían inconscientes, la noche no perdonaba y si no despertaban antes de las 5 de la tarde, el sol se ocultaría y serían presas fáciles para los demonios.

Siguió al pelirrojo todo el día, le parecía cómico ver como llegaba, los ayudaba, se iba y ellos caían rendidos por el cansancio.

Pudo ver cómo ayudó en ese día a 8 cazadores, pero al llegar la tarde, volvió a ver qué había sucedido con esos cazadores, ninguno seguía vivo.

Los gritos de demonios y cazadores se hacían presente en el ambiente frío de la noche, pudo ver como un trío de demonios se lanzaba contra él, pensó en usar su moneda, pero como si de un imán se tratase, su katana voló desde la parte frontal del joven, él daba un giro de 160 grados y cortaba la cabeza del demonio, parecía como si tuviese ojos en la espalda.

Luego, salió corriendo porque los otros dos lo seguían, se ocultó entre algunas enredaderas y raíces de los árboles, pudiendo escapar de la complicada situación.

Detrás de Kanao también se hacían presentes demonios, los cuales eran decapitados tan pronto como hacían presencia detrás de ella.

Kanao de verdad no entendía como los otros cazadores se dejaban vencer por demonios tan débiles.

Siguió también toda la noche al de haori azul, viéndolo en aprietos muchas veces, pensando en lanzar su moneda para ayudarlo o no, pero de una manera u otra se podía escapar.

Era bastante ágil, pero algo estaba fuera de lugar, sabía perfectamente donde había demonios y lograba evitarlos, cuando podía iba hacia los charcos de sangre dejados por sus caídos compañeros y les deseaba descansar en paz.

Era alguien bastante extraño, pero le resultaba interesante, así lo siguió por todo el camino hasta pasar la noche, cuando los primeros rayos de sol se hicieron presentes, había solo 4 cazadores en el lugar donde antaño hubiesen más de 40.

Sintió la mirada del oji rojo, así que también lo volteo a mirar, se veía bastante cansado, y por la leve manera de temblar, pudo asegurar que estaba a punto de desplomarse.

Pero no sabía entonces de dónde sacó tanta fuerza como para casi romperle la mano a uno de los cazadores que estaban ahí, que había amenazado a uno de los niños anfitriones, y eso disgustó brutalmente al de haori azul.

Lo otro que se dio cuenta era que todo ahí parecían raros: Un peli amarillo con puntas del cabello color mostaza, este repetía "me voy a morir, voy a morir" mientras temblaba.

Estaba ella que estaba totalmente limpia, como si no hubiese participado en la Selección Final.

Estaba el otro, a que casi le rompen la mano, este tenía una cicatriz en la cara, una bastante fea que pasaba horizontalmente por su mejilla.

Y estaba también el chico de haori azul, era el que más normal se veía, aunque tenía una mancha de sangre atada por una venda en su frente.

Luego de elegir el metal con el que harían su Espada Nichirin (Que realmente no sabía para qué los dejaban elegir si todos se veían iguales) y que le dieran los cuervos mensajeros, menos al de pelo amarillo, a él le dieron un gorrión, todo ser retiraron del lugar.

Como si de una maña se tratase, continúo siguiendo al de haori azul, apenas pisó fuera de la montaña se desplomó, ella se asustó.

Rápidamente saca su moneda y la tira.

Cara no ayudaba, cruz sí.

Al ver el resultado, corre a socorrerlo.

Diario del silencio - Tanjiro x KanaoWhere stories live. Discover now