Parte 2

5 1 0
                                    

Capítulo 2

El fracaso no era bien visto en la Asociación de Brujas. Las buscadoras tenían el deber de cumplir con las misiones que se les encargaba, porque en caso contrario, pondrían en duda su integridad y su fama. Y Melody tenía una fama muy grande que mantener.

Después de regresar al fuerte (un edificio de varias plantas y que abarcaba una manzana entera) la buscadora tuvo que reportar los detalles a la comandante Eliza antes de que esta se le viniera encima con todo el peso de la ley. Se quedó parada delante del escritorio de su superior mientras esta leía el informe y resoplaba igual que una profesora leyendo la tarea de su alumno menos destacado.

—¿Cuál es tu trabajo? —Respondió Eliza. Era una mujer corpulenta, con enormes bíceps y un rostro tostado por el sol. Sus ojos dorados observaron a Melody de los pies a la cabeza.

—Soy una buscadora y mi deber es encontrar fantasmas que se han convertido en potenciales contenedores para demonios del inframundo.

—¿Y cuál es el deber de un asesino familiar?

Alzó la frente para responder. No permitiría que Eliza la intimidara.

—Son compañeros de las buscadoras y tienen la facultad de exterminar a los demonios una vez que se materializan en el mundo real.

—¿Y en qué parte dice que una buscadora de bajo nivel puede perseguir a los miembros del Culto Fantasmal?

—Eh...

Melody se sonrojó. Detestaba cuando alguien recordaba que, pese a sus intentos, no había podido avanzar de rango. Seguía siendo una aprendiz que llevaba menos de un año sirviendo a las fuerzas de la Asociación de Brujas y al Gremio de Buscadoras. Seguir las pistas del culto estaba reservado para guerreros destacables. La Asociación de Brujas nunca alabaría su iniciativa.

—Pusiste en peligro a Zack, que es uno de los familiares asesinos más importantes de este fuerte. No sé cómo lo convenciste, pero no me agrada. Ya tienes un compañero.

—Aaron es un gran guerrero y no quería manchar su reputación con mis... ocurrencias —bajó la mirada. Eliza lo había conseguido—. Escuche, yo sólo quería hacer lo correcto. Encontré una pista y pensé que podría ayudar a la Asociación de Brujas. Le pedí ayuda a Zack y él se mostró complacido. ¿Qué no nuestro deber es proteger a los humanos de los fantasmas?

—Lo es —aceptó la comandante—. Y para lograrlo hay ciertas reglas que debemos cumplir. Melody, sé que tienes una gran rabia contra los fantasmas. Tu madre fue una excelente buscadora y murió salvando a los humanos que tanto amaba. Así pues, si quieres seguir sus pasos, debes mantenerte al margen de las reglas.

—Lo entiendo —respondió. No quería alargar el sermón más de lo necesario. Eliza, aunque intimidante, la protegía. A Melody le gustaba pensar en ella como una amiga. No lo era, por supuesto—. La misión original fue un éxito. Zack logró exterminar al demonio menor y envió su alma de regreso al inframundo. Nos sobró tiempo y quisimos emplearlo en algo productivo.

—¿Y qué significa esto? —Eliza mostró un ticket de motel—.

—Eh... nosotros teníamos que descansar.

—¿Ordenaron vino?

—Sí... creo que sólo bebimos un poquitito —no pudo esconder su rubor, y Eliza se percató de él.

—Melody, estoy al consciente de tu adicción a los hombres y...

—No soy adicta a los hombres —dijo alzando la voz más de lo necesario. Se avergonzó enseguida—. Es decir...

Emperatriz FantasmaWhere stories live. Discover now