Desde muy niños siempre ambas familias trataban de que ustedes se llevarán bien, pero desde infantes nunca lo hicieron.
Como ambas familias se llevaban muy bien debido al dinero que poseían y por ser una familia siempre educada y nunca metida en mal rollo del gobierno o cosas por el estilo, pero cuando iban creciendo a ti te gustaban otros chicos y a él otras chicas, respectivamente.
Era un hecho que tú al cumplir la mayoría de edad te casarías con él, no lo soportabas por qué siempre aparentaba ser más que otros solo por ser hijo único, el más popular y poderoso de la universidad y tú eras todo lo contrario, aun que una parte de ti lo querías pero, si los demás no sabían que también eras heredera de todas las empresas de tus padres solo si te casabas con Park Jin Young mucho mejor, pero en fin ese sentimientos quizás pensaste en que solo era imaginación tuya y que iba a durar para siempre ya que él se casaría con alguien que amaba.
Tú ya te habías graduado y claro al graduarte tu, también Jinyoung lo haría y bueno ambas familias, como de costumbre, salían a festejar el gran y otro logro de sus hijos, te enorgullecía haberte graduado pero no quieras pasar más tiempo con Jinyoung, en la Universidad era alguien muy superficial pero cuando estaba contigo era todo lo contrario, sinceramente lo desconocías.
Estaban en un antro de los más caros y elegantes de todo Seúl, con dos mesas reservadas; una para ambas familias y la otra para ustedes dos y bueno decidiste darle una oportunidad, aún que enamoradas de él ya estabas solo que actuabas como si nada pasara, no quieras obligarlo a amarte siempre solo por qué sus familias lo decían y querían.
― Te ves muy bonita ― Él fue quién comenzó la plática ya que llevaba así por lo menos desde que llegaron.
―¡Oh! te agradezco, pero no lo hagas sólo por nuestras familias.
― Para nada, lo digo enserio, quizás ya estoy un poco ebrio pero de verdad te ves muy bonita y me gustaría ser tu esposo.
Se acercó a ti.
― Jinyoung, no por favor ― te levantaste y saliste del antro
Salió detrás de ti.
― Es enserio, créeme.
― ¿Y por qué todo este tiempo en la Universidad me estuviste ignorando y comportandote como un patán?.
― ¿Qué? Siempre quise llamar tu atención y me ignorabas tu a mí, jamás me dedicaste una mirada en todo éste tiempo ― dijo.
― ¿Y cuándo ibas a mi casa?
― Trataba de acercarme lo mejor posible a ti, pero siempre decías que tenías tarea, por lo que sé tomamos las mismas clases y nunca encargaron tanta tarea como para no salir toda la tarde de tu habitación, aparte ¿Crees que estaba yo ahí? Me aburría y me iba a casa, siempre eras muy seria conmigo.
― Siempre fui seria contigo por qué sentía que si te hablaba me rechazarías como a todas aquellas chicas.
― Sólo tuve ojos para ti, me gustaban algunas chicas, pero desde muy pequeño papá me dijo que tú serías mi esposa en un futuro, pero que fuera alguien reservado al conquistarte, aún así ¿Cómo rechazarte si toda la escuela sabía quiénes éramos?
― No quería ser el cliché de una serie en el que niños ricos andan.
― Y créeme yo tampoco, solo quería tu atención en tu casa, en la escuela, en la reuniones importantes de nuestros padres.
― Es qu... que realmente me gustas, perdón ― hiciste pequeña reverencia
― ¿¡Hab...hablas enserio!? No te disculpes fui yo quién se comportó algo extraño, es que waah no puedo creer ― dijo sonriente y tocando la parte trasera de su cuello.
Sonreiste también.
― ¿Entonces aún estás dispuesta a casarte conmigo? ― dijo tan sonriente que hasta un brillo muy peculiar en sus ojos se hacía notar
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