Gᴜᴀʀᴅɪᴀɴ ﹙Zʜᴇɴ Hᴜɴ﹚ FᴀɴFɪᴄ ﹣ [Hɪsᴛᴏʀɪᴀs ɴᴏ ᴄᴏɴᴛᴀᴅᴀs]

Capitulo 6 : El Comercio

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Presente

Sintió su aumento de energía, atacando cada célula a nivel micro. Desde el ARN hasta el ADN, intentando extraer sus telómeros, pero no todas las posibles víctimas son iguales. Shen Wei ya había anticipado tal ataque por lo que había recogido del profesor Zhang. Su intento de contrarrestarlo fue fácilmente superado. Porque él, el intocable, nunca sería fácilmente superado por tales poderes verdes. Poderes que deberían ser controlados.

Aún apretando a su víctima para absorber su fuerza vital, la sonrisa triunfante de Wang duró poco, cuando no provocó ninguna reacción del Profesor. Le tomó un segundo para que sus ojos parpadearan. Sorprendida, la chica Dixing gruñó: "¿Qué eres?" Las mandíbulas se apretaron por el tono acusador de Wang, pero el profesor Shen no tuvo que responder cuando el hombre a su lado gritó, "¡Shen Wei!"

¡Bang!

Wang Yike se cayó, liberando su agarre mortal como resultado. Zhao había disparado al brazo que sostenía la garganta de Shen. Él recibió un segundo disparo, pero ella lo esquivó esta vez. Cubriendo la herida en su hombro, sus ojos crecieron con furia. Zhao no perdió el tiempo mientras tiraba de Shen hacia atrás, protegiendo al profesor con su cuerpo. El herido Dixing intentó hacerla escapar. Sin embargo, el Lobo, que podía disparar sin siquiera echar un segundo vistazo, envió dobles disparos a cada lado de sus pies, haciendo que la chica saltara y se detuviera.

"Chica, si valoras tu propia vida, no te lo pongas más difícil, o la próxima bala no será un disparo de advertencia", regañó oscuramente el Lobo, con su arma inquebrantable. Con su atención fijada en Wang, Zhao preguntó al Profesor, "¿Estás bien?"

Shen Wei se adelantó al lado de Zhao antes de asentir con la cabeza. Con una rápida mirada, se alcanzó un entendimiento mutuo. Los hombres se acercaron con cautela. Por el momento, pueden tener la ventaja, pero el peligro sigue presente.

A diferencia de la presa que puede congelarse cuando se le acorrala, el primer instinto de un depredador es luchar, no importa lo grave que sea su situación. Especialmente cuando el miedo no es algo a lo que están acostumbrados. Por ejemplo, cuando Wang se dio vuelta para enfrentar a sus oponentes, la hostilidad que exudaba era evidente. Cualquier paso en falso resultaría en otra batalla si se ponía nerviosa.