Secuestrado - Larry Stylinson - Segunda Temporada

Capitulo 11

CAPITULO 11

- ¿Qué tomas? – preguntó Harry. Una vez en casa de Louis. Liam estaba aún despierto viendo la televisión. En ese momento no le importaron las diferencias. Y mucho menos que hace unas horas le había tenido temor o algo así. Solo quería hablar con alguien.

- RedBull. – contestó él. Y tomó de la lata una vez más. - ¿Louis no viene contigo?

- No. – respondió el, seca. – a preferido quedarse con el muy pu... con su amigo.

- ¿Sam? – Liam esbozó una sonrisa cómplice.

- ¿Tienes otro RedBull?

- Sí, en la nevera...

Harry abrió y cogió una lata, para luego cerrarla y seguir con la conversación.

- Sí Sam. – puso los ojos en blanco. Odiaba el solo hecho de recordar su nombre. Había tenido que soportar toda una noche con sus estúpidos cariños hacia Louis. Había tenido que soportar observar como es que se le pegaba siempre, le tocaba. Y por último, tener que aguantar como Louis apuntaba sus ojos a los musculos de ese puto.

- ¿Te cae mal?

- ¿Debería caerme bien? Es un...

- Dilo...

- ¿Puto? ¿Estupido? Que se yo. Pero Louis tampoco se queda atrás...

- ¿Él también es un puto? – Harry rio al escuchar esa pequeña pregunta.

- Es un idiota... - Harry tomó del RedBull. Aunque odiaba el sabor de esa bebida, necesitaba ahogar esa furia que tenía adentro con algo.

- ¿Qué hizo?

- ¡Lo miraba siempre!

- Hombres... - Liam blanqueó los ojos.

Harry se sintió ridículo Al menos por un momento. Pensándoselo bien había quedado mal con aquella familia. La misma que, como le habían contado, había ayudado incontables veces a Louis en su niñez.

- No puedo creer que te den celos de Sam.

- Ya déjame. – le dijo Harry.

- Tú le gustas a Louis... - le dijo él. Sincerándose. Realmente lo sabía. Realmente lo notaba. Esta vez no se trataba de el simple hombre que traía a su casa por un día, follaban y no lo veía nunca más. Sentía que estaba vez era importante para Louis.

- No lo defiendas ¿vale?

- Está enamorado. Te lo juro. – le volvió a decir. – de otra manera no estarías vivo.

Eso le enfrió la sangre por completo. Pero parte de esa enorme sinceridad era cierta. Louis se moría por el. Tanto... que no se atrevería a hacerle nada nunca.

De pronto se escucharon las llaves interceder en la cerradura de la puerta principal. Es él... pensó Harry. De inmediato se tomó lo que pudo de la lata de RedBull y dejó lo que quedaba sobre la pequeña mesa de centro. Antes de irse a la habitación, se volteó para decirle algo a Liam.

- Gracias. – le sonrió el. Una sonrisa sincera. Y tal vez y solo tal vez... por una milésima de segundo, Liam pudo entender porque Louis se había enamorado de Harry.