Lee Felix está sumamente enamorado del dueño de una biblioteca que se encuentra cerca de su casa.
❌ Errores de ortografía y narración.
❌Lee Felix; Hwang Hyunjin.
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—¿Oíste sobre el nuevo negocio que abrió cerca de la colina?
Con mi sandwich a mitad comer volteo a ver a Seungmin mi mejor amigo, —¿Negocio?, ¿De qué?
—Libros— dice con una gran sonrisa.
Y casi atragantando me la emoción se apodera de mi cuerpo, —¿Qué?, ¡No puede ser!. Amo los libros con toda mi alma, tengo que ir a ver a ese lugar.
De pronto el timbre de la escuela suena y debemos volver a clases así que recogemos nuestros libros con rapidez y corremos a nuestras aulas. Al llegar al pasillo nos despedimos y cada quien se va a su aula, el edificio es grande ya que es la única escuela preparatoria del pueblo, por eso mi amigo y yo estamos al otro extremo el uno del otro ya que su especialidad es de Inglés y la mía Literatura; logro entrar justo cuando el profesor entro y me dirijo a mi asiento, ahora que una tienda de libros ha sido abierta me será fácil conseguir todos aquellos que he buscado para mí estudio.
Al terminar las clases me dirijo a la entrada esperando a Seungmin junto a mi bicicleta, ya que somos amigos desde niños e incluso vecinos nos vamos juntos para evitar gastar en el autobús, mi casa queda después que la suya por eso lo dejo primero.
—¿Crees que lograremos entrar a la universidad que deseamos?— le pregunto mientras el viento golpea mi rostro.
Él me pellizca el brazo y hago una mueca, —¡Claro que entraremos!, Deja de ser pesimista.
—¡No soy pesimista!— exclamo quejándome durante todo el trayecto hasta llegar a casa.
Seungmin se despide y vuelvo a retomar el camino hacia mi casa pero justo cuando estoy frente a mí casa, decido manejar hacia la nueva biblioteca, con una emoción indescriptible manejo hasta la colina, que aunque está alejada del pueblo siempre me ha gustado venir para acá cuando quiero leer en paz así que no es difícil reconocer la biblioteca, aquella vieja casa que estaba abandonada ahora se ve un poco mejor y desde afuera puedo ver bastantes libros.
Así que tirando mi bicicleta entro de inmediato, —Vaya...— murmuro mirando todo el lugar, hay cientos de libros acomodados en cada estante, deslizo mis dedos por cada uno sonriendo al mirar cada uno.
—¿Qué libro estás buscando?
Volteo asustado cuando una voz hace eco en el lugar, parpadeo sorprendido al ver a un hombre alto, de cabellos negros e inegable atractivo.
¿En que momento este tipo se mudo a nuestro pueblo?
