Prólogo

61.9K 2.4K 125
                                    

Once años atrás.

Mientras comía mi paleta de helado jugaba con mis muñecas y mi amiga del jardín. Pronto mi nana pasaría por mí.  Hace calor y quiero ducharme mientras juego en el agua con mis patitos de hule. Mi nana siempre me hace pastelitos y tortas. Lo mejor de todo es que me deja lamer la cuchara.

Mis papis trabajan mucho. A veces me pregunto por qué trabajan mucho y pasan poco tiempo conmigo. Mi nana se llama Susan. Recuerdo que un día le había preguntado a mi nana si mis padres trabajan mucho por que no me querían, pero me dijo que si me quieren y mucho, que me aman. Sólo que ellos trabajan mucho para poder cuidarme y darme todo que necesito.

Todas las noches mi papi me cuenta cuentos sobre princesas. Me gustan mucho esos cuentos y también imaginar que la princesa soy yo. A noche mi papi tardó mucho en venir a mi habitación a contarme un cuento. Me levanté para buscarlo pero me detuve al escuchar a mi mami y papi hablar muy fuerte.

Recuerdo que escuché a mi mami decir que ellos hoy vendrían y se enterarían de que cierta persona está con ellos. No entendí muy bien quiénes son ellos, ni quién está con nosotros, pero no le di importancia. Sólo quería que mi papi me contara un cuento hasta que me durmiera.

Sigo esperando a mi nana. La mami de mi amiga dijo que ella estaba en camino, había llamado avisando. Susan es una mujer muy buena, es más mayor que mi mami. Siempre que puede me regala muñecas. Tengo una colección de muñecas, y gran mayoría son de ella y de mi papi.

De tanto pensar y pensar no me di cuenta que mi nana vino por mí.

-¡Megan, cariño! ¿Cómo estás? ¿La has pasado bien con tu amiga?.- Me preguntó sonriente.

De todas las cosas que me gustan de ella, su sonrisa es mi preferida. Siempre me transmite felicidad y seguridad.

-¡Muy bien!- Exclamé, tomando su mano. 

-¡Me alegro muchísimo, cielo! Ahora iremos a casa y me ayudarás a hacer pastelitos ¿quieres?

-Obviamente que sí. -Me giré para saludar a Molly y su mama. -Me encantó pasar la tarde contigo, Molly.  La próxima vez traeré algunas de mis muñecas así tendremos muchas más para la tarde del té. 

-Puedes venir cuando gustes, princesa. -Dijo la mamá de Molly. Asentí y tomé la mano de mi nana.

Cuando estábamos llegando a casa notamos que había demasiadas personas fuera de casa. Creo que algunos eran esos hombres a los que se les llama policías.  Mi nana me explicó que ellos cuidan la seguridad de la ciudad y las personas. También se encontraba una ambulancia y el patio de mi casa estaba rodeado de cintas amarillas.

-¿Porqué hay tantos hombres?- Pregunté jalando el vestido de mi nana. Ella no respondió pero noté que estaba preocupada.

Se acercó a uno de los hombres y comenzó a hablar. Tres hombres salían de casa con una camilla, lo cual llamó mi atención. Pude notar que alguien estaba recostado en ella, pero no pude saber quién porque estaba cubierto con una especie de manta.

Me acerqué a mi nana y jalé de su vestido nuevamente.

-Nanita, ¿a quién llevan en la camilla?- Ella seguía sin responder a mis preguntas.

-¿Ella es la hija?- Preguntó el hombre con el que hablaba mi nana. Ella asiente con la cabeza y me mira.

Seguía sin entender qué es lo que sucedía. ¿Porqué preguntó si soy la hija?

Mi nana se agacha a mi altura. -Cariño, a tus papis les sucedió algo feo. -Lágrimas caían de sus ojitos color miel.

-¿Qué les paso nanita? ¿Por qué lloras? No me gusta que llores.  -Pasé mi pequeña mano por sus mejillas sacando las lágrimas que tenía.

-Eres muy chiquita para entenderlo toso, ¿pero sabes? Ellos están en un lugar mucho mejor y te cuidarán siempre, donde sea que estén. -Dijo entre sollozos.

No entendía por qué me decía esas cosas. Mis papis están en casa, lo sé.

Dos hombres salían de la casa con otra camilla. En ella también había alguien cubierto. Comencé a llorar. Él que iba en esa camilla era mi papi.

-¿Porqué se llevan a mis papis? ¡No quiero que me separen de ellos! -Lloré mucho más fuerte.

-Gente mala le hizo daño, mi cielo. Ni hay nada más que hacer. Están en un lugar mejor. -Ella lloraba al igual que yo. Me acercó a ella y me abrazó fuerte mientras seguía llorando.

-Mis papis no pudieron haber muerto. ¡Llévenme con ellos! -Grité.

-Todo estará bien, mi cielo. -Acaricia mi cabello.

Great Care [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora