5. REY DE LA NACIÓN DE HÉROES

30 7 6
                                    

Cuando Kaius se evaporiza frente a ella quedando completamente sola. No tiene ni la menor idea de dónde empezar a buscar, todo se ve tan desierto y sin un lugar en dónde alguien se pueda esconder de una forma efectiva.

Se enfoca en la esfera que hace pulsaciones de luz dorada, su vista arde tanto como si hubiera dejado caer jabón de baño a sus ojos así que voltea a otro lado y comienza a caminar en dirección aleatoria sin tener idea de lo que realmente está haciendo.

Andando en diferentes direcciones y alejando la maleza con las manos Nascha intentaba divisar algún cuerpo moviéndose a lo lejos, pero nada encuentra y cada árbol con el que se choca de frente lo mira con recelo prestando más atención en donde va a pisar.

<< Ten cuidado con Eliot, se convierte en árbol y te hace zancadilla >>, la voz de Kaius suena en su cabeza como si estuviera tras ella susurrándole.

¿Debería confiar en el Dios del agua? A veces cree que le ha dicho tales cosas solo para molestarla y ponerla paranoica, ¿Un árbol?, Imposible, aunque... Si hablamos de Dioses...

Mientras avanza a paso lento Nascha nota que el sol ha bajado bastante para ocultarse, o sea que lleva mucho tiempo buscando sin nada de éxito.
Decide ir al arroyo del cual Kaius le ha hablado y da la espalda a la esfera comenzando otra vez a caminar sin importar el dolor en sus piernas de tanto andar. Su cuerpo se siente como un costal de papas; pesado, y el vestido se ha vuelto muy incómodo de llevar provocando mucho calor y piquiña, los lindos relieves se reducían a una sucia prenda, y el sudor que se desliza desde la frente de la mujer hasta el cuello desaparecido en su pequeño escote en V.

Cuando encuentra el arroyo una sensación de tranquilidad le invade quitándole la presión del pecho que tenía por la desesperación de no ver nada referente a lo que buscaba, prácticamente corre al arroyo de musgo rojo recordando perfectamente que es ese del cual debe beber. Junta las manos en forma de cuenca y las hunde en el agua. El calor pasa de a poco. Se lava la cara y los brazos, por último vuelve a sumergir sus manos en el arroyo para tomar un sorbo cuando escucha algo no muy lejos de ella.

–Pss... Nascha–siente el calor del aliento de alguien chocar con su oído, pero cuando se gira para verse cara a cara con la persona que se supone esta junto a ella llamándola se topa a quien ayudó a sanar sus heridas, la Diosa de la protección, Willa, no a su lado, sino a varios metros de distancia detrás de un árbol.

–¿Willa?

–Nascha, debes estar cansada, déjame curarte. Acércate–habla con un tono de voz tan seductor, tan atrayente y dulce que lentamente se levanta y da pasos pausados hacia ella, admirando lo impecable e inalcanzable que luce, como siempre. Su dulce rostro y su imponente aura le causan regocijo.

<< No te fíes de Willa, le gusta hacer maldades utilizando insectos >>, la voz de Kaius vuelve a su mente sin permiso, como si tuviera control propio y retumbar en su cabeza cada vez que quiere.

Se detiene de golpe, la inseguridad acecha y se vuelve presa de ella. Piensa seriamente en lo que va a hacer o lo que está haciendo, debería comenzar a ser un poco más estratégica si quiere ganar. Ser demasiado amigable con los dioses para empezar tal vez no fue la mejor táctica para acercase a ellos y curiosear sus personalidades y comportamientos, Nascha tiene más que claro que no fue bien recibida, pero esta convencida de que eso cambiará, pero se le está haciendo difícil y complicado, son demasiado arrogantes como para persuadirlos.

<< –¡A la mierda los dioses! Si los ves más de cerca... No son tan hermosos, dan miedo una vez que te das cuenta de su falsa amabilidad, además su aura no brilla tanto como aparenta la primera vez que los miras>>, piensa Nascha saliendo del encanto de la Diosa de la protección.

TODO UN DIOSTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon